El serial Bertín Osborne y "amigas" ataca este miércoles de revistas del corazón, y lo hace con unas declaraciones incendiarias que vuelven a poner sobre la mesa que jamás ganaría el premio al padre del año. Lo que está haciendo con Gabriela Guillén, la fisioterapeuta, esteticista y exmodelo paraguaya, es de un mal gusto exquisito. Lo ha humillado desde el mismo momento que la relación salió a la luz, poco después de separarse de su mujer durante 20 años, Fabiola Martínez, madre también de dos de sus hijos. Dijo de ella que era una amiga, pero como las otras 50 que tenía: "Ni es mi novia ni estoy enamorado. Salgo con chavalas, ¡no voy a salir con soldados!" Tiene razón en eso: no conocemos a soldados embarazados por el cantante. En cambio, amigas, amantes y tal, más de una.

Tampoco fue muy fino, ni elegante, ni empático, cuando se supo que Gabriela esperaba un hijo suyo. Osborne dedicaba estas preciosas palabras a la criatura y a la gestante: "No ha sido un embarazo deseado, sino un accidente. Pero me haré cargo". No mucho. Contando aquel día, se han visto en dos ocasiones. En la fiesta de El Turronero, de la que se marchó cada uno por su lado, y durante una cita secreta en casa del cantante, hace algunas semanas. Encuentros que desestabilizan completamente a Guillén, que va muy perdida. Dicen que está enamorada y mantiene esperanzas de volver con un Bertín que, en realidad, no tiene ni ha tenido nunca la intención de hacer tal cosa. Es más, la suya se ha convertido en una vida a la carrera, en plena fuga. Huye de Gabriela, huye del niño, y evidentemente también huye de Fabiola, de Chabeli Navarro y de la extriunfita Enna. De todo y de todas.

Gabriela Guillén Semana
Gabriela Guillén, embarazada de Bertín /Semana

Huye tanto que, por mucho que Gabi ponga velas a Sant Judas Tadeo, todo hace pensar que no le verá el pelo. Está de 6 meses y pico, queda vez queda menos para el parto, se le harán largos. Se siente sola y tiene razón. Ya son muchas pruebas las que acumula, como la famosa visita a urgencias por una bajada de tensión. Fue sin Bertín y de allí salió destrozada, porque hay detalles de la vivencia que no se habían explicado, y que Guillén revela en 'Semana': "Bertín no se ha preocupado, no ha estado pendiente. Le llamé cuando estuve ingresada y fui al hospital. Estaba realizando un masaje y mi clienta es testigo. Ella me asistió, estuvo conmigo bastante tiempo y estoy muy agradecida. Luego fui a urgencias...le llamé a él con la intención de contárselo y contarle qué tal el bebé. No recibí más noticias de él, no sé que le está pasando. No tengo contacto con él". Ni le coge el teléfono. Le importa un rábano.

Gabriela Guillén saliendo del hospital / GTRES

La futura madre explica otro pasaje que constata que no puede confiar en la palabra del presentador. Le pidió que le hiciera un favor, traer una serie de objetos para el bebé que una amiga de Sevilla le había regalado. Desde Sevilla, no Tombuctú, muy cerca de la famosa finca de Osborne. El hombre se desplaza habitualmente entre la capital andaluza y Madrid, no le pedía la luna. El tiempo fue pasando y pasando, y al ver que no cumplía con el compromiso, se hartó y tuvo que desplazarse ella:"Se lo había pedido a Bertín anteriormente para que me lo trajera cuando viniera a Madrid y ha venido varias veces, pero no me lo ha traído. Me vine con mucha carga". Ni el más mínimo esfuerzo, así las gasta el que "se haría cargo". Está todo dicho. Gabriela, te toca huir a ti.

Bertín Osborne / GTRES