Hoy, en la sección de 'masajes a la carta' de 'El Mundo', nueva entrega (y van...) del blanqueamiento ideológico de Norberto Juan Ortiz Osborne, más conocido y sufrido como Bertín. Presentador de televisión, cantante y humorista de dudoso talento, activista antifeminista 'pata negra', provocador machista y uno de los portavoces de los postulados radicales de derechas que están tan de moda en España, el currículum de Osborne es bien conocido, aunque hay quien se empeña en rebatir algunos elementos con cansina insistencia. Como el diario madrileño, que le ha hecho una entrevista que entra por derecho propio al Olimpo de la normalización del personaje. Un texto que lo tiene todo: "No he sido de Vox en mi vida, hay mucho tonto que identifica a las personas sin conocerlas," "friego, plancho, paso la aspiradora (y coso) mejor que mi mujer", "que las feministas se vayan a Irán o Senegal" o su pregunta nada inocente "¿la extrema izquierda es algo elegante y la extrema derecha, no?. Bertín es un triunfador incomprendido y un hombre al que "la polémica le resbala". Y bastante.
"Hoy en día en España no hay ninguna desigualdad entre mujeres y hombres. El movimiento feminista en España está vacío de contenido".
— EL MUNDO (@elmundoes) 21 de noviembre de 2019
👥 Bertín Osborne https://t.co/G9HfdoTqe4
Pero hay más. Un detalle revelador de cómo Bertín ha triunfado a lo largo de su carrera, que mucha gente se olía y que lo confirma el propio protagonista. Una práctica aprendida de cuando era comercial y vendía vinos, exportada a sus programas de televisión. "Emborrachaba a la gente para que me comprasen el vino. Ésa era mi manera de comprar voluntades. En algunos casos lo hago en mi programa también". Vaya. 'Acabáramos'. El secreto de la cocacola, que en el caso de un Osborne tiene gradación alcohólica, como no podía ser de otra manera. Ahora se entiende todo mucho mejor, sobre todo que las cadenas se peleen para tenerlo en nómina. El poder de "un vinito español" es infinito.
"10 copas". La revelación invita a revisar el archivo audiovisual de Bertín, y aplicar un test de alcoholemia con efectos retroactivos a sus entrevistados. No todos sucumben a sus encantos, también es verdad. Pero ya puestos, quizás se tendría que comprobar también en sus conciertos de rancheras. Se tiene que ir contento para idolatrar al cantante de "Llegó borracho el borracho" y similares.