La actual edición de Operación Triunfo sigue regalando momentos para el recuerdo. Después de vivir unas actuaciones memorables como City of stars, el talent show tiene enganchados los espectadores con las relaciones entre los concursantes. A las ya conocidas intimidades entre Alfred y Amaia, se le añaden las de Raoul y Agoney, que no se han cortado un pelo en el último ensayo delante de los profesores.
Al finalizar Manos Vacías, canción que interpretarán en la próxima gala, el catalán y el canario se fundían en un apasionado beso que ha revolucionado tanto a compañeros como profesores, que presenciaban la escena emocionados e incrédulos. Las reacciones no tienen pérdida.
Como era de esperar, las redes sociales han echado humo.
Agoney le come la boca a Raoul y los profes de la academia nos representan a todos.#OTDirecto9D pic.twitter.com/DIjKuAepna
— L en uno (@laura_narciandi) 9 de diciembre de 2017
YA PODEMOS MORIR TRANQUILOS... #OTDirecto9D #Ragoney Historia de España!! pic.twitter.com/Z0hN6LcgsM
— FaMarcial (@FaMarcial) 9 de diciembre de 2017
I DON'T SEE THE DIFFERENCE #OTDirecto9D pic.twitter.com/xCHiC9bESz
— Gonza Gallego (@elcajondegon) 9 de diciembre de 2017
NO PUEDO CON LA REACCIÓN DE MAMEN TRAS EL BESAZO #RAGONEY #OTDirecto9D pic.twitter.com/zQLhPA4X0V
— Marcescente (@Fomikazam) 9 de diciembre de 2017
¿Cuál es el éxito de Operación Triunfo 2017?
Televisión Española ha recuperado el tesoro perdido. Operación Triunfo registraba cifras sobre el 40% de audiencia media en su primera edición. Unos porcentajes que difícilmente volveremos a ver nunca más y que poco tienen que ver con los de la actualidad, que no llegan al 20%.
Entonces... ¿por qué decimos que OT 2017 es un éxito de masas? En primer lugar, por el fenómeno fan, imposible de medir con audímetros. La eclosión del mundo 2.0 ha abierto un nuevo horizonte para el talent show que está aprovechando a las mil maravillas plataformas como Twitter o Youtube. El consumo del canal 24 horas y la difusión constante de pequeños clips por las redes sociales, sitúan el programa como un trending topic permanente.
El seguimiento, más allá de las galas, es incuestionable. Buena muestra de esto lo pudimos vivir en Barcelona, donde cuatro de los concursantes desataron la locura absoluta en el centro comercial de Les Glòries en la firma de discos.
El mayor elogio que se lleva el programa, sin embargo, no es por la realización del mismo o por la calidad musical, sino para ser un altavoz de la diversidad. Lingüística, sexual y cultural. Con La revolución sexual como himno, Operación Triunfo ha mostrado con toda normalidad cómo una de sus concursantes, Marina, y su pareja en pleno proceso de cambio de sexo, se daban un beso en prime time o como los concursantes se enseñan entre ellos diferentes lenguas sin problemas. Un ejemplo de naturalidad que, por cierto, se emite en TVE.