Hay sonrisas que lo dicen todo. Y la de la cantante, actriz y empresaria Beth Rodergas es mayúscula, lo que coloquialmente se dice "de oreja a oreja". La de Súria está viviendo un verano bastante movido, con una agenda de conciertos muy apretada. Tiene actuaciones a montones por la publicación de su último álbum, "Origen", demostrando que su carrera musical disfruta de una salud envidiable. Esta semana ha pasado por El Vendrell y El Catllar, en tierras tarraconenses, y la próxima parada será en Llivia, en la Catalunya Nord. Un montón de kilómetros arriba y abajo que no hace ni mucho menos en solitario: Beth disfruta de la mejor compañía, la de su familia: su marido Joan Boix y sus hijos, Lia, de 9 años, y Kai, de 4.
Los cuatro son inseparables, y aprovechan el tiempo al máximo para compaginar la ruta de su madre y el tiempo de ocio veraniego. Lo vimos, por ejemplo, en Menorca, pero también con motivo de los conciertos de Sabadell o en el Festival Grec de Barcelona. Nada los para. Un gozo.
¿Cuál es el secreto de esta familia? Es tan sencillo como a veces difícil de conseguir y de mantener durante el tiempo. Especialmente cuando hablamos de relaciones de pareja, posiblemente las más frágiles en esta época que vivimos. Tanto tiempo como 11 años, que son los que Beth y Joan llevan juntos queriéndose. Amarse: este es la clave de todo. El amor no es flor de un día, y se tiene que cuidar de forma constante y disciplinada. El resultado vale la pena: las dos imágenes preciosas que Rodergas acaba de colgar en las redes sociales, celebrando el aniversario de su unión, son el mejor ejemplo. "11 años amándonos. Lo sois todo", ha escrito mientras nos regalan un pequeño trozo de su felicidad.
No hay duda: son una maravilla de familia de postal. Y ha tenido que sufrir de lo lindo para llegar a esta meta. Una alegría que se refleja en la carrera artística de Beth, que hace tiempo que ya no es la catalana que fue a Eurovisión. Ha hecho bandas sonoras de series (Mar de fons) de películas, (Bruc) y discos que son un regalo en las orejas, como Segueix-me el fil. Camino de los 40 años tiene la madurez necesaria para ser una estrella de la música.
Que la reclamen de cada lugar de los Països Catalans para regalar su arte es el mejor ejemplo. También la estiman en España, aunque tenga que sufrir las consecuencias del cartelito de indepe. A ella tanto le da. Sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cómo lo siente. Al que no le guste, que se ponga pomada.