La libertad de expresión, como tantos otros derechos universales, tiene una curiosa interpretación para la justicia española. Lo volvemos a comprobar estos días en el campo de batalla electoral de Madrid, a raíz de la polémica por la propaganda racista de VOX, señalando a menores extranjeros y culpabilizándolos sin complejos. Sin complejos y sin castigo: un juez de la capital del estado ha archivado la petición de la Fiscalía de retirar dichos carteles, ya que los ultras están amparados por la mencionada libertad de expresión para poder difundir su programa político radical. Un nuevo escándalo que se amontona en los despachos de la magistratura, que mide de forma bien distinta según quien esté involucrado en aquello que investigan. El resumen es fácil y nos lo sabemos de memoria, por desgracia: ¿eres indepe? 'A por ellos'. ¿Eres españolistay rancio? Adelante, amigos.
Las filias y fobias de los togados españoles, no por ser bien conocidas, dejan de estremecer al personal. Y en Catalunya, evidentemente, con más intensidad. El movimiento independentista sufre la persecución y agresión constante por parte de partidos y judicatura centralista 'mononacional', mientras otros se van de 'rositas' y disfrutan de barra libre. El actor Biel Duran, que participa en la comedia 'Escape Room' con Joel Joan, ha definido la situación con precisión quirúrgica, dando un sopapo implacable a los que dictan sentencias (sesgadas): "En España, si eres fascista, puedes hacer propaganda electoral estigmatizando y señalando a niños vulnerables con mentiras para generar odio y racismo. Si eres presidente de la Generalitat de Catalunya te inhabilitan por reclamar libertad de expresión". Duran no olvida el atropello que sufrió el MHP Quim Torra, desposeído de su cargo por las maniobras del españolismo.
Es el poder de la pulserita rojigualda y las arengas ultras: pervierten la mal llamada justicia y la hacen escorarse siempre hacia el mismo lado. No tienen remedio.