Todavía está latente en el mundo de la comunicación y los medios la conmoción por la muerte de María Teresa Campos. Aunque el estado de salud de la periodista hacía ya mucho que se había convertido en tema de preocupación general después de sus últimas —y contadas— apariciones ante los medios, el pasado 3 de septiembre un oficio entero quedaba en shock con la noticia de su ingreso en la Fundación Jiménez Díaz.
La comunicadora fue trasladada al hospital madrileño a causa de un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda. Dos días después se certificaba el deceso de la matriarca de las Campos a los 82 años. Titular impactante como pocos que solo sería la génesis de una vorágine mediática que todavía hoy es perenne en la prensa escrita y las tertulias televisivas.
La presión no quedó limitada a las jornadas de tanatorio y crematorio o la vuelta de Terelu y Carmen Borrego al trabajo. Mientras que la segunda se mantiene en Telecinco —igual que la sobrina Alejandra Rubio— como colaboradora de las sobremesas en Así es la vida, la hermana mayor se ha desvinculado de Mediaset y disfruta de una nueva vida profesional en TVE y Netflix. Pero eso no es todo. Gustavo Guillermo, el chófer, que siempre se había mantenido en la sombra con respecto a la televisión, sorprendía a todo el mundo entrando en la casa de Gran Hermano VIP en calidad de concursante. Todos han hablado, todos han explicado sus versiones y todo han recordado con el afecto necesario a la presentadora de formatos tan míticos como ¡Qué tiempo tan feliz!. Todos menos uno de los personajes públicos que mejor la conoce. En materia de afecto, claro está. Y eso que ya hacía mucho que no formaba parte de la vida de Teresa.
El repudiado Bigote Arrocet. Nadie como él ha sabido como extraer rédito de la relación de amor que él y la difunta tuvieron en el pasado. Hablamos de pasado, presente y futuros. El humorista volvía a ser protagonista de la crónica rosa en el 2014, después de que saliera a la luz que él y la Campos estaban enamorados. Un vínculo que acabó como el rosario de la aurora, pero del cual el cómico exprimió todo el jugo posible. Para muestra su carísima participación en 'realities' de la cadena amiga tan célebres como Supervivientes o Gran Hermano VIP. Dinerito a la saca. Y la dinámica no ha cambiado en el post mortem.
Ya era por todos sabido que Terelu y Carmen no le guardaban mucha estima, más teniendo en cuenta que ha trascendido que dejó a su madre por celosa con un whatsapp. Él, todavía y decir que se quiere mantener al margen de polémicas, no ha dudado a conceder entrevistas a diestro y siniestro desde que saltara la noticia más triste para la estirpe. Primero una intervención en Espejo público, donde Arrocet aseguraba a Susanna Griso que "sus hijas no se han portado bien con ella". Primer dardo de la sarta de insolencias. Después, una entrevista en exclusiva para el Diez Minutos con perlas del estilo "quería casarse conmigo para dejarme una pensión" o "en 6 años Terelu fue a casa de María Teresa unas diez veces y Carmen ni eso".
No deja títere con cabeza, y sigue erre que erre. Lo demuestra su última charla con los periodistas de Pronto, donde vuelve a cargar contra sus hijastras y suma a Gustavo. De él dice que "le han comido el coco", mientras que sobre el rumor que dice que está arruinado asevera que "mis cuentas están muy saneadas". Ojo, porque también reparte contra su ex. Dice que tenían una deuda económica pendiente. "Murió sin saldarla. Terelu me pagó lo que le presté, pero su madre no me hizo efectivo ni un solo euro".
Ciertamente ruin eso de dejar de morosa a una persona que no está en vida. Eso y que, si realmente quería quedar al margen de todo, no le está saliendo del todo bien.