Álvaro Soler es de Sant Cugat, cosa que lo convierte en cantante catalán aunque vive en Berlín y su carrera musical se basa en cantar en castellano, ser anti-independentista y hacer canciones del verano como 'Sofía'. El problema es que Sofía es el nombre de su ex novia y cada vez que la canta su actual mujer puede fruncir el ceño. La modelo alemana Melanie Kroll tiene 25 años y debió fruncir el ceño cuando el día de su boda con Álvaro, el pasado 23 de mayo en Berlín, el novio apareció en la ceremonia totalmente vestido de blanco. Y no era una boda ibicenca, no era con pantalones de lino y camiseta, era con esmoquin cruzado, camisa y pajarita. Todo blanco, para eclipsar a la novia. Y con zapatos negros. Un horror. La tradición marca que los invitados a la boda no pueden ir de blanco porque es privilegio de la novia. Álvaro dijo que él no era un invitado. Dicho y hecho, todo muy hortera, una horterada.
Le roba protagonismo a la novia y encima le queda fatal. Han tardado 40 días en colgar las fotos del enlace en Instagram. Las dudas son comprensibles:
Un Aaaaarg de manual. La novia guapísima de Rosa Clarà, que le preparó dos vestidos de boda. Explica Vanitatis que "El primer vestido creado por la diseñadora catalana es de estilo griego. Confeccionado con un tejido fluido de color blanco, presenta un pronunciado escote en pico, copas con acabado plisado, corte en la cintura, falda suelta hasta el suelo con una pequeña cola y brotando de los hombros, una especie de capa ligera y con movimiento". Álvaro también va de Rosa Clarà con americana blanca cruzada de doble botón, pantalón de vestir, lacito y zapatos negros. Le queda como a un Cristo unas pistolas. Ahora que ya se ha casado y deja atrás la ruptura con su expareja ya puede cantarle "Mira Sofíaaaaaa".
El cantante, hijo de padre alemán, toma el apellido de la madre para hacerse el español, el latino, en el mundo de la música. Vende más. Su posición política sobre Catalunya es de sobra conocida: es anti-indepe. Álvaro Soler declaró a El País: "Muchas veces me han preguntado sobre Cataluña y España y siempre digo lo mismo: que hay que unir a la gente y no separarla. Poner fronteras en nuestra propia casa me parece una tontería enorme, sobre todo viviendo en Berlín, donde cada día paseas por la cicatriz del muro y piensas en el absurdo de ese momento". Una comparación odiosa, de tertuliano unionista indocumentado. El comunismo después de la II Guerra Mundial quiso controlar su sector dentro de la ciudad alemana construyendo una pared en el año 1961 en plena Guerra Fría. Cien personas murieron intentando saltarlo. No sería exactamente como los 2 millones de catalanes que votaron el 1-O. De estos conciudadanos suyos no habla. Pero la metáfora bélica sirve para ser entrevistado en El País. Entre los promotores del cantante está el exdiputado de Unió y furibundo anti-indepe José-Manuel Silva. Ahora se entiende mejor todo.