"No habrá muchos VIP", se ha dicho de la boda del concejal Manuel Valls con la empresaria y multimillonaria Susanna Gallardo. Una boda de tres días en Menorca que, por fin, ha empezado. Y efectivamente, el círculo de la pareja para celebrar las nupcias es bien restringido, al menos en cuanto a celebrities (descartados anticipadamente Malú y Albert Rivera) . De hecho, por la cena que suponía el inicio de las celebraciones en la bodega Binifadet sólo hemos visto una, realmente destacada en términos de cotilleo. El resto, grandes empresarios y personas más o menos comprensibles en estos menesteres, recibidos con gozo por la pareja. Los flashes de los fotógrafos, propiedad exclusiva de los anfitriones al llegar al lugar encontraron rápidamente mejores objetivos.
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Y es que la gran estrella del fin de semana es, ni mas ni menos, que la proclamada como la reina de corazones. Isabel Preyler, ea. Acompañada por su querido Mario Vargas Llosa, ya que no podía faltar el glamour de las letras (al menos, de unos determinados). Son el 'pelotazo' de los paparazzis, y sus fotos llegando a la fiesta corren por las agencias informativas. Algunas, no muy favorecedoras, eso sí. Más bien lo contrario, como la segunda.
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También hemos podido ver amigos íntimos como Félix Revuelta, que algunos señalan como el benefactor del contrayente, o a José Crehueras o Pedro Jota Ramírez. Todos ellos, unos cien invitados, no se quieren perder 'el sarao' en la finca de 10 hectáreas de la novia, y que coronará un año realmente singular para el político francés, uno de los últimos fichajes de la (muy) alta sociedad, y que aspira a cotas bien elevadas.