Miguel Bosé está más o menos desaparecido del mapa desde que atracó a TVE con el infecto 'Cover Night', un talent musical irrelevante por el que cobró medio millón de euros, 40.000€ por programa, por 12 apariciones haciendo de jurado. Bien, no del todo desaparecido: el próximo día 26 de julio está prevista su presencia en las Islas Baleares, organizando un acto con el pseudocientífico multisancionado Josep Pàmies, aquel que recomienda beber lejía para cuidar el autismo. Bosé y el curandero son amigos e ideológicamente muy parecidos, y con eso está todo dicho. Porque si alguien pensaba que el cantante había pasado página de sus locuras conspiranoicas, ni mucho menos. Continúa en plena forma.
Pues bien, una noticia bomba está sacudiendo la vida de Miguel. Esta no se la esperaba: tiene que ver con Nacho Palau, su expareja durante 26 años y a quien ha tratado de manera cruel y nada empática durante los últimos tiempos, con todo el pitote de los hijos subrogados que encargaron conjuntamente. Bosé no los considera hermanos, y consiguió que un tribunal de justicia le diera la razón. Palau, que las ha pasado canutas por esta y otras vivencias, como sufrir un cáncer, la separación de su novio o la muerte de su madre, parece que vuelve a sonreír. De momento, tiene ganas de ir a conciertos a más de 800 kilómetros de su casa, en Valencia. No está mal.
El tema es qué concierto hizo que el escultor se desplazara hasta A Coruña: el de Ricky Martin. Podría haber optado por hacerlo en el que ofrecía en Madrid, pero la elección gallega parece tener un significado oculto. Y este lo ha explicado José Manuel Parada en 'Espejo Público': resulta que estamos ante la pareja del verano, del año y de la década. Palau y Martin, Nacho y Ricky. Dos solteros cotizados (uno más que el otro), y que ahora acaban de hacer match. Palau lo conocía de su época de pareja de Bosé; ahora el conocimiento sería más profundo. El segundo cantante de éxito de su vida. Está claro que le va la marcha. Y que es su venganza.
Los rumores del posible romance están tomando vuelo y dejando mudo a Miguel, seguramente herido en su orgullo. "Ricky Martin le agradeció con mucho cariño la visita", explicaba Parada, por lo que confirmamos que Palau no fue de público corriente, también tuvo su 'meet and greet' particular. De hecho, los asistentes fueron testigos de numerosos gestos afectuosos del cantante de Puerto Rico hacia Nacho. Por cierto: que Palau no viajó solo: le acompañaban sus dos hijos, los no-hermanos de los de Miguel. Doble bofetada. Aquí hay tomate.
