6 Grand Slams, 49 campeonatos ganados, medalla de oro en los Juegos Olímpicos, títulos de la Copa Davis, número 1 del ATP durante 12 semanas y ganancias de más de 25 millones de dólares (de la época) a lo largo de su carrera. Es parte del currículum de un tenista irrepetible sobre las pistas, un ídolo de los 80 y los 90: Boris Becker. Esta es la cara amable del alemán. La oscura y reprobable tiene que ver con la parte personal y, concretamente, económica. Y a sus 54 años empieza a pagar las consecuencias de manera contundente: tanto que está en la cárcel.
Un tribunal de Londres lo ha sentenciado a 2 años y medio de reclusión por 4 delitos económicos: Becker ocultó activos y préstamos por valor de 3 millones de euros para no pagar sus deudas faraónicas, que llegaban a 60 millones. Una mansión en Mallorca está en el ojo del huracán, una villa de ensueño que ha acabado siendo su peor pesadilla. Como muchos otros alemanes, Boris escogió la mayor de las islas baleares para pasar los veranos y momentos de recreo mientras quemaba su fortuna de forma inverosímil y meteórica. Viendo que todo se hundía, empezó a hacer movimientos extraños y delictivos. Y ahora la jueza lo ha enviado a la sombra una buena temporada.
Becker ya es un recluso más del sistema penitenciario inglés. Y su primer destino da miedo: la considerada como la peor prisión del Reino Unido, la HMP Wandsworth. Sólo pasará dos semanas allí antes de ser trasladado a otro lugar, donde acabará de cumplir la condena (un año y medio antes de salir con la condicional), pero estos 14 días se podrían hacer muy largos y angustiantes. Según leemos en El Español, la vida en Wandsworth es terrorífica. Además, con la paradoja que el centro se encuentra a pocos kilómetros del All England Club, sede de Wimbledon, campeonato que ganó en tres ocasiones. Del lujo y la gloria al abismo hay un paso. Un paso en falso. El que ha cometido el teutón.
Así es la vida en esta cárcel victoriana construida en el siglo XIX: "Superpoblada por más de 1.300 reclusos", "abuso de drogas desenfrenado y problemas de salud mental de presos que llegan en pasar 22 horas totalmente encerrados", "ratas, violencia endémica..." Un paraíso. Otro detalle: "Los funcionarios tuvieron que recurrir al uso de la fuerza en 1.295 ocasiones entre 2020 y 2021".
El mejor consejo para sobrevivir lo firma un cineasta y antiguo recluso, Chris Atkins: "Si no te involucras en drogas, deudas y toda la política de las galerías, en realidad no es tan peligroso". Toca pasar desapercibido. El problema, claro, es que te llamas Boris Becker.