La borrasca Gloria hace estragos en toda la península. El escenario es dantesco, terrorífico y lo que es más preocupante: las condiciones climatológicas empeorarán durante la noche. Son días para quedarse en casa y no salir si no es estrictamente necesario. Los efectos devastadores de los aguaceros y las fortísimas rachas de viento dibujan paisajes apocalípticos. Lo podemos comprobar en digitales y canales de televisión, que informan puntualmente de la previsión meteorológica, de las víctimas del temporal y de los destrozos que va causando. El trabajo de reportero televisivo es una de los más peligrosos en días como estos. La pregunta, sin embargo, es: ¿Hace falta que los profesionales de la información pongan en riesgo su integridad para informar desde el terreno de olas gigantes, inundaciones, etcétera? Hay un trabajador de La Sexta, que cubre precisamente el desarrollo de la borrasca en Catalunya, que cree que no. Y lo ha dicho vía redes.

Mamen Mendizabal La Sexta

Mamen Mendizábal La Sexta

Se trata de Jorge Romance, que informa desde Barcelona de la desaparición de un hombre en la desembocadura del Besòs que fotografiaba el temporal. El hombre parece que no comulga con la política relativa a las inclemencias meteorológicas de la cadena de Antonio García Ferreras o Mamen Mendizabal. La bofetada que le ha propinado a los responsables de los programas de tv es antológica y plena de ironía:  "Hasta que un reportero no tenga un accidente o enfermedad grave (espero no ser yo) seguiremos informando en directo desde sitios donde decimos que está prohibido pasar después de haber hecho kilómetros por carreteras por las que decimos que está prohibido circular?". Se puede decir más alto, pero más claro es imposible. La cobertura de 'Gloria' y de otros episodios como este es kafkiana.

Jorge Romance.com

Jorge Romance

No es la primera vez que vemos a reporteros que se ponen en peligro gratuitamente para llenar dos minutos de tele y explicar lo que es evidente. Pero nadie aprende. Esperamos que, como decía el periodista, la próxima vez no haya que lamentarse.