Bruce Springsteen es una especie de semidiós para millones y millones de fans. Es tan grande que el sobrenombre de 'The Boss' se le queda pequeño: él sería el boss del boss, como mínimo. En Barcelona lo sabemos bien; todavía tenemos muy reciente la locura que se vivió en la capital de Catalunya con los conciertos que ofreció en el Estadi Olímpic y que sirvieron para inaugurar su nueva gira. Springsteen, de 73 años, es uno de esos artistas irrepetibles, icónicos y, por qué no decirlo, inmensamente rico. A finales de 2021 vendió los derechos de autor de sus canciones por 500 millones de dólares, para que se hagan una idea. Hablamos de esta fortuna porque se podría pensar que influye en sus hijos y de una manera nada positiva: podrían ser personas con una vida regalada. Nepobabies, les llaman ahora. Un ejemplo podría ser Victoria Federica, sobrina y nieta de reyes. Pero no, eso no pasa en casa Springsteen. Todo lo contrario.
No hemos escogido el nombre de Vic al azar, no. Hemos pensado en ella porque hay una línea invisible que une a la joven con la familia Springsteen: los caballos. La infanta Elena es jinete y participa en competiciones; su hija parecía que seguiría sus pasos, pero se ha conformado con yeguas regaladas con dinero opaco y fotos a reportajes de moda. Con respecto a los Springsteen, la hija del artista y de la también cantante Patty Scialfa, Jessica, es una gran figura del circuito internacional. Su presencia sobre la pista de saltos provoca interés, expectación y sobre todo, proyecta todo lo que desearían Elena y Victoria: glamur.
Jessica Springsteen, una estrella de la hípica internacional
Jessica, de 31 años, nunca ha querido dedicarse a la profesión de los padres. Tuvo claro desde bien pequeña que la hípica era su pasión y que quería convertirla en su forma de vida. Se crio en una granja con sus hermanos, alejada de giras, de farándula y del ambiente típico del rock'n'roll. Con 14 años empezó a participar en competiciones oficiales. Poco después sus padres hacían realidad uno de sus sueños, convertir la granja en un centro ecuestre. Hoy en día es la instalación más grande del estado de Nueva Jersey. Ha participado en Juegos Olímpicos, ha ganado campeonatos por todo el mundo y más de 2 millones de dólares en premios y, además, lo hace con un estilo realmente inconfundible. Este fin de semana en París ha dejado constancia de todo ello, dentro y fuera de la pista. Deslumbrante.
Jessica en París marcando estilo dentro y fuera de la pista de saltos
La belleza plástica de la amazona y su caballo saltando a pies de la Torre Eiffel es indiscutible, como también sus looks sencillos pero deliciosos. Una auténtica estrella que se codea con gente como Athina Onassis, la hija de Steven Spielberg o la de Amancio Ortega, jinetes como ella. Que su vida son los caballos se demuestra, incluso, en su parcela íntima y amorosa: sale con el saltador italiano Lorenzo de Luca, y anteriormente había tenido un romance con un jugador de polo. Lo lleva en el ADN.
Los Springsteen Scialfa, apuesta a caballo ganador.