Ser del Barça este año es un refugio. ¿Te ha ido mal el trabajo? ¿Has suspendido un examen? ¿Tu pareja te ha dejado? No te preocupes, cuando llegue la hora de cenar podrás encender la televisión y disfrutar del buen fútbol. El juego del conjunto azulgrana está salvando a muchos culés de ir a dormir enfadados. La euforia colectiva es completamente contraria al desánimo que provocaba el equipo el año pasado. Lewandowski, Lamine Yamal y Raphinha se ha convertido en una especie de pajes reales que contentan a los niños, y a los no tan niños, a base de goles y felicidad. La bandera del Barça ondea en todos los balcones con orgullo. Barcelona y el mundo del fútbol sonríe, viendo a un grande de Europa volver a levantar la cabeza. Uno de los principales protagonistas ha sido Hansi Flick, que ha rejuvenecido la plantilla y le ha devuelto la garra a todos los jugadores.

Joan Laporta no se puede sacar la sonrisa de ninguna de las orejas y presume de estar al frente de un Barça que puede con absolutamente todo. Cada acontecimiento se convierte en un show del presidente del conjunto culé que, a pesar de tener la premisa de no hablar en público, siempre acaba dando una joya. Cuando lo hace, acostumbra a demostrar que es culé hasta la muerte. A Laporta le lame un pie todo el que le digan los haters, cosa que lo ha sacado o puesto en algún quebradero de cabeza. Cada día que pasa con el Barça encima de la clasificación es un buen motivo para celebrar y más cuando el club celebra 125 años de historia. El presidente lo ha querido festejar por la puerta grande y ha hecho un acto de celebración de aniversario. En este, hemos podido ver a todo el mundo: jugadores, entrenadores, directivos, prensa... Nadie quería perder la oportunidad de ponerse el mejor traje para celebrar con fuerza la existencia del equipo.

Como es habitual en los aniversarios especiales, el Barça ha querido presentar un cuadro conmemorativo que acompañará siempre la fecha marcada por la efeméride. La obra es para frotarse los ojos al verla. Para quien se esperaba una imagen realista de alguna cosa del club podemos decir que no es así. En el dibujo están los colores azulgranas pintados sobre la camiseta de un jugador de fútbol. Un escrito en mayúsculas "BARÇA 125" quiere intuir el motivo de su realización. El jugador musculoso y con la piel y el pelo del mismo color, naranja, han sorprendido a todo el mundo. La red no ha perdonado y las respuestas del cuadro se han llenado de burlas. Joel Díaz, por ejemplo, ha querido decir la suya apostando por una dibujante catalana: "Mi opinión, por favor, es que Pilarín Bayés lo hubiera hecho más bonito y más barato".

Qué difícil es ser artista y más cuando vienes precedido de Joan Miró y Antoni Tàpies. El arte contemporáneo es incomprensible para algunos y encantador para otros. La obra ha flojeado en algún rasgo importante, porque el Barça, ahora, dejando de lado los detalles subjetivos, va más allá del fútbol. Jugar con el escudo o el nombre, como en otras ocasiones, habría sido bastante más acertado. El club azulgrana es una entidad que siempre está en el punto de mira. Gane, pierda o empate, no se libera ni de las críticas, ni de los halagos. El cartel, a pesar de las numerosas burlas en las redes sociales, entrará en la historia del conjunto culé. Después de los actos conmemorativos, es más importante que los jugadores corran para seguir alegrando los días a los catalanes y para hacer mayor la historia de dos colores que siempre han ido como uña y carne.