Antón Álvarez Alfaro, más conocido como C. Tangana, aunque también tiene otros apodos como Crema, Pucho o El madrileño. Un artista que a sus 30 años, ya se encuentra entre los que dominan el panorama musical. Su último disco se llama precisamente El madrileño, y el día de su estreno batió todos los récords en Spotify con 5 millones de reproducciones, el mejor debut de un álbum en español. 14 canciones, colaboraciones estelares, Toquinho, José Feliciano, Jorge Drexler, Andrés Calamaro, Kiko Veneno o los maravillosos Gipsy Kings e Ingobernable. Y una certeza: será escuchado por millones de personas.
El artista madrileño es uno de los grandes nombres de la música del país. Su música, sus letras, su look, su manera de ver la vida y las cosas que dice, cuando canta o cuando da entrevistas, no dejan indiferente a nadie. Su fama de polémico le precede, pero él piensa seguir opinando lo que le salga del moño, sólo faltaría.
De música, y de muchas otras cosas, ha hablado este viernes en El matí de Catalunya Ràdio. Y él es consciente de cómo es y de qué implica:
Ante Laura Rosel, C. Tangana se ha pronunciado sobre feminismo, sobre los políticos o sobre los colegas de profesión que se han tenido que marchar del país, como Valtònyc, o que han sido encerrados, como Pablo Hasél. En este sentido, es así de contundente: "¿La música tiene que servir para diferentes causas sociales o lanzar mensajes?", le pregunta Rosel. Respuesta: "Puede tener esta función, pero no está obligada, y normalmente es peor cuando la tiene. Hay que ser un artista muy grande, hay que ser muy muy bueno para no hacer propaganda cuando estás intentando convencer a la gente de que piense de alguna forma, eso es ser un político, lo peor que se puede ser en la vida. Solo los más grandes te dicen las cosas de tal forma que parece que lo estés pensando tú".
Comparándose con los casos del rapero mallorquín y del leridano, C. Tangana dice que "yo, claramente, no tengo una intención de reivindicar políticamente tantas ideas tan contrarias, soy más difuso o complicado a nivel político, no vengo de una tradición del marxismo y que todo el mundo sepa 'a qué equipo pertenezco'. Pero es obvio que yo igual no implico tanto problema"... Eso sí, tiene claro qué pasaría si a alguien se le ocurre actuar con él como lo han hecho con Hasél: "Si a mí me meten en la cárcel, el pollo es increible. A mí me iban a sacar una mixtape que se iban a cagar".
Se le ha entendido todo. La (in)justícia española está avisada.