El drama de Camilo Blanes, Camilín, ha pasado de la anécdota del cotilleo a un tema grave. El mundo observa horrorizado la deriva del hijo y heredero de Camilo Sesto, su historia de excesos y traumas, así como las consecuencias que sufre el protagonista. Las sufre y las exhibe con una naturalidad escalofriante: visto desde fuera, sus últimas apariciones son las de alguien que delira y que ha perdido el contacto con la realidad. Recluido y consumido en la mansión familiar de Torrelodones, poco se sabe de lo que pasa en el interior de la casa. Hay algunas fotografías y evidencias que permiten intuirlo, eso sí. Y los mensajes de su madre Lourdes Ornelas pegados al portal, intentando disuadir a traficantes que presuntamente visitan regularmente a Camilín, dejan poco margen a la imaginación.
La espiral de autodestrucción de Blanes Ornelas no se detiene, como tampoco la sensación de que se lo toma a broma, que le resbalan las críticas. Tampoco parece ser consciente del impacto que provoca verlo en determinadas situaciones, como vestido de forma estrafalaria, dejada y extraña. Aparentemente tiene una manía, transformarse en una mujer: su cuenta se está inundando de selfies procesados con una aplicación de inteligencia artificial, con resultados diversos. Una de las últimas da miedo, con la dentadura destruida. En todas las imágenes la protagonista es una peluca de color negro despeinada, grasienta, impresentable. No se la quita jamás, ni cuando recibe a los jardineros en la puerta de casa. Parece obsesionado con ella.
La peluca de Camilín, una compañera inseparable e inquietante
Su compañera inseparable esconde un mensaje oculto y macabro, pero que liga perfectamente con la historia personal del protagonista. Un hombre frustrado por haber fracasado en la música: su gran sueño era seguir la estela del mito paterno. Como ha pasado tantas otras veces, los resultados no han sido los esperados, y en vez de aceptarlo y buscar la realización por otras vías Camilín sufrió un cortocircuito nunca resuelto. Por eso la muerte de Camilo Sesto en 2019 acabó de hundirlo, y empezaba una etapa muy oscura. Tan oscura como su realidad actual y como cada uno de los cabellos de la peluca que cubre su cabeza.
Camilo Blanes no supera la muerte del padre Camilo Sesto, detalle macabro
Informalia sostiene que su cabellera postiza perteneció al difunto Camilo Sesto. Aterrador. El hombre tenía dos, encargadas "a uno de sus hombres de confianza" en el tramo final de su vida: "La que ahora luce su hijo es la última que su progenitor utilizó en el año de su muerte". Dantesco, sobre todo si atendemos al resto de ingredientes de la historia, y que explican el deterioro de la peluca en cuestión. Un homenaje que provoca escalofríos, como las fotografías constantes de Camilín, y que tienen a su madre a punto del colapso. Lourdes Ornelas está a punto de lanzar la toalla, su última esperanza es pedir auxilio a la justicia. Esto es lo que afirma Europa Press, que pillaba a la mujer con una abogada por las calles de Madrid. Su cara, un poema. Mientras tanto la letrada le hacía de guardaespaldas, enfrentándose a los reporteros.
La distorsión continúa, el final es incierto.