El retorno de Col·lapse a TV3 se resume en una palabra, lágrimas, y en dos datos: 608.000 espectadores y 17,9% de share. Récord histórico y superando el TN Fin de Semana, en una reentré sensacional, donde los espectadores se han emocionado con las diferentes entrevistas, como la conmovedora de un Àngel Llàcer a punto de morir o de perder la pierna por una bacteria que contrajo en un viaje a Vietnam, la de Josep Mª Mainat hablando de la sentencia a Àngela Dovrovolski después de intentarlo matar, Albert Pla hablando de dónde está Carles Puigdemont, Pilar Eyre hablando del rey emérito Juan Carlos, su fortuna escondida y su 'hija' o quien hizo de padrino del programa en este estreno de temporada, Carles Francino.

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Carles Francino y Ricard Ustrell en 'Col·lapse' / TV3

Francino, muy querido en Catalunya, cuando presentaba los Telenotícies, ya hace muchos años que hizo las maletas y se fue a Madrid, donde ha estado en el Canal + o en la Cadena Ser, donde presenta desde hace tiempo La Ventana. Con Ustrell han hablado de su trayectoria profesional y vital, y de su paso por TV3, donde todavía lo recuerda muchísima gente y le dedica muestras de cariño. No recuerda su primer TN, pero sí el que presentó una semana después de debutar, cuando se quemó el Liceo. También se ha emocionado al hablar de un espectador que se lo encontró en un restaurante de la Ametlla de Mar y le recordó aquellos programas míticos que presentaba las noches electorales:

También han tocado el difícil momento que vivió, cuando cogió covid y lo tuvieron que ingresar muy grave. Hace tiempo dijo que "Tuve mucha pena porque pensaba lo que podía pasar si yo me moría. Pensaba en mis hijos, en mi mujer, en mi familia de Tarragona que hace 9 meses que no veo. Estuve grave. Mi suegro es oncólogo y le dijo a mi mujer al cabo de unos días 'Oye, ¿Carles ya sabe que ha estado a punto de palmar'? Y no tuve nunca esta sensación" y que en reaparecer delante de los micrófonos admitió que "Las pasé canutas en algún momento, sobretodo las primeras 48 horas, en que los indicadores eran bastante malos, incluído un ictus del que parece que afortunadamente no me ha quedado ninguna secuela. Nos ha desbordado en estas semanas... Joder, no paro... La familia, los amigos, la radio, toda la radio, los compañeros, las compañeras..... Vaya número... Un montón de oyentes, entrevistados... Ha sido... Cuesta.... Ha sido abrumador. Si el cariño fuera una hipoteca yo estaría pagando plazos toda la vida".

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Carles Francino, el día de su retorno a la Cadena Ser

Ahora, en Col·lapse, ha reconocido, sin embargo, que este momento no le dio ganas de dejarlo estar todo, de dejar el trabajo, sino todo lo contrario. En cambio, lo que de verdad sí hizo que se lo pensara, que estuviera tentado de tirar la toalla, fue otro hecho. Una muerte. Una muerte muy próxima, la de su padre, que recuerda a la perfección: "Mi padre murió el 1 de marzo de 1993". Entonces él estaba en Canal +, "y aquella pérdida hizo que estuviera prácticamente a punto de dejarlo". ¿Por qué?: porque murió estando yo un lunes en Madrid. Había estado el fin de semana en casa, en Tarragona, y ya veía que estaba fastidiado, y cuando me llamaron diciéndome que se había muerto, pensé: 'qué gilipollas eres, en lugar de estar donde tenías que estar, estás aquí lejos, donde no te toca'... Estuve una semana sin volver a trabajar y pensando que lo dejaba". Una injusticia la que sintió porque justo hacía tres años que su padre se había jubilado y pensaba ir a una casita con su mujer, en Torroja, donde era feliz, cuando le diagnosticaron un cáncer:

Un recuerdo conmovedor. Afortunadamente, Carles no lo dejó estar y siguió haciendo los programas que ha hecho todo este tiempo.