Pilar Rahola hizo este fin de semana uno de los post en Instagram más celebrados: ahora que se avista el retorno de Carles Puigdemont al único lugar del mundo donde no puede ir sin ser detenido, España, la escritora imagina la gran pancarta de la altura de un edificio en Madrid, como la que hizo Joan Laporta, pero con un Puigdemont enorme y el mismo lema que hizo ganar al presidente del Barça: "Ganas de volver a veros". De momento, y mientras eso todavía no pueda pasar, lo que sí ha visto el president cuando ha salido a la calle a ver qué tiempo hacía, es una cosa que le ha servido para hacer una celebrada metáfora en redes.
En Waterloo, como Catalunya, estamos a punto de llegar al verano dejando atrás una primavera donde las buenas temperaturas han sido la tónica dominante. En las calles de la ciudad belga, Puigdemont observa cualquier detalle que lo sorprenda y no deja pasar la oportunidad cuando ve un hallazgo que lo hace seguir creyendo en lo que cree y que lo hace seguir con optimismo a pesar de la distancia. Y si además, el hallazgo tiene la belleza que sólo se encuentra en la naturaleza, todavía mejor.
Un Puigdemont que ha escrito un tuit que en un primer momento ha sorprendido a muchos de los seguidores. Escribe el president, hace poco más de una hora: "Detalles del día a día. Sales a mirar el tiempo y te para una margarita justo en medio de la diagonal". Ver la palabra diagonal en boca de Puigdemont ha hecho pensar a más de uno que se encontraba en la mítica avenida de Barcelona. Pero la d minúscula saca del equívoco. Sea como sea, ver esta flor en este punto concreto del pavimento, ha inspirado a Puigdemont con un comentario donde se le ha entendido todo: "De manera unilateral y contra pronóstico, una flor delicada ha encontrado el resquicio en medio de un pavimento duro y sufrido".
Ver la margarita fotografiada por Puigdemont ha hecho remover de emoción a muchos de sus seguidores. No hay que esperar a ver cuál sería el resultado si fuéramos haciendo aquello de quitar los pétalos diciendo aquello de 'me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere...". La red ha tenido suficiente con esta imagen cargada de simbolismo para emocionarse:
Margaritas en Waterloo en medio de una calle. Y en la Plaza Colón de Madrid, todo lleno de cardos borriqueros llenos de espinas. Todo en orden.