Alejandra Rubio y Carlo Costanzia son los personajes del momento del panorama rosa. Lo son como incipiente pareja y por su todavía más incipiente estado de buena esperanza: la hija de Terelu Campos está embarazada de 4 meses del descendiente de Mar Flores, quien todavía cumple pena de prisión por un delito de estafa. La relación, comenzada hace medio año, ha ido a velocidad supersónica en todos los aspectos. El alboroto y la polvareda que levanta, también. Eso, obviamente, por no hablar de dinero: Rubio, Carlo, Terelu y Mar están sacando petróleo con exclusivas y programas de televisión.
El serial ha entrado en fase de ebullición constante precisamente por la explotación que los dos clanes, ahora supuestamente hermanados por la procreación, están ejecutando en los medios de comunicación. Y claro, esperar salir indemne de un campo de minas como este es tan naif que resulta conmovedor. A Terelu y Alejandra le están cayendo palos por todas partes, mucho de ellos merecidos, por impostura, por jeta y por una soberbia realmente enervante. El manual de estilo de las Campos provoca mucha repulsa, incluso al padre de la embarazada, Alejandro Rubio. El empresario y ex de Terelu no está nada de acuerdo con la gestión del caso.
Después tenemos el caso de Carlo, personaje polémico por su pasado, y que se ha convertido en una estrella rutilante de las páginas del cuore a velocidad de vértigo. Tiene un gran enemigo público y declarado, Alessandro Lequio: se detestan. La relación del aristócrata y figura de los programas de Ana Rosa Quintana con la madre de Costanzia, Mar Flores, tiene mucho que ver. Aquella portada prohibida de Interviú en la cama de un hotel, y todo eso. El combate se reproduce semana tras semana, y el resultado es un empate técnico. Cosa que no pasa, de momento, con un tercer participante en la polémica, el presentador más top de la televisión en España: el catalán Jorge Javier Vázquez. El ex de 'Sálvame' y conductor de 'Supervivientes' lo ha dejado bien bonito en la revista 'Lecturas'. El resumen: puño de hierro con guante de seda.
Vázquez, con su socarronería ácida y desgarradora, se deshace en elogios al novio de Alejandra. Bien, alaba su físico, principalmente: "Me tragué enterita la entrevista. Lo primero que pensé al verlo fue: qué bien le quedan los pantalones. Con pinzas, parecía un modelo de perfumes de Dolce&Gabanna. Luego me llamó la atención su pelo. Pelazo. Me encantan los hombres con pelo largo, me ponen muchísimo. Qué carita, no la pintan los pintores. Lo tiene todo bonito. Los ojos, la nariz, la mandíbula, la boca. Esos dientes separados que le dan un aire picarón". Aquí se produce un punto de inflexión clave: Debería trabajar la voz. Su tono tiende a convertirse en monocorde cuando ejecuta parlamentos de más de dos frases. Y en cuanto a lo que dijo, pues voy a ser sincero: reparé más bien poco". Pero si se dio cuenta de un detalle: Pertenece a esa clase de tíos que le cuesta aceptar que no lleva la razón porque tiene pinta de escuchar poco. Lo cual no es malo siempre y cuando seas guapo. Si yo tuviera una pareja como Carlo no me importaría nada que no me escuchara. Es más, se lo agradecería porque así no tendría que hacer el esfuerzo de hablar". El remate, 100% Jorge Javier: "Los hombres como Carlo no hace falta que hablen. Incluso diría yo que es mejor que no lo hagan". Hala, ya tiene frase para la posteridad. Cortesía del rey de Telecinco.