Carlos Alcaraz es la gran esperanza española del tenis mundial. Con 20 años, el murciano ha conseguido hitos gigantescos, como ser campeón en Wimbledon contra el todopoderoso Novak Djokovic. Ha sido número 1 del ranking durante semanas, y hubo momentos en los que parecía que empezaba un reinado al estilo de Rafa Nadal. La progresión, sin embargo, se ha estancado. A pesar de llegar a semifinales del US Open y la Copa Másters, se encuentra en un momento flojo. Las lesiones y el cansancio mental están pasando factura. Por eso se ha tomado un descanso, antes de reaparecer en un partido de exhibición en la plaza de toros de México D.F. ¿Qué ha hecho estos días y hemos descubierto durante su llegada al país centroamericano? Un cambio de look radical.

Alcaraz es de aquellos que hacen bueno el jingle publicitario de "haaago lo que quiero, cooooon mi pelo". Le gusta innovar con su imagen exterior y pasar por peluquería. Normalmente lo lleva cortito, pero va probando cosas: que si un degradado, que si media cabeza pelada, que si ahora un flequillo, ahora un poco más largito... Desde hace un tiempo se había dejado crecer el pelo, y por lo que sea ha decidido romper con todo. Quizás también por superstición, vete a saber: el mundo del deporte profesional está lleno de creencias, tics y rituales. ¿O piensan que Nadal se pasa medio partido tocándose la cabeza, el frente, la nariz y el culo como un descosido por necesidad real? Pues eso. El cuero cabelludo del número 2 de la raqueta es también un talismán.

Carlos Alcaraz en Wimbledon / Europa Press

La decisión del deportista ha sido la de coger la maquinilla y dejarse toda la cabeza pelada. Radical, sin florituras. Un empezar de cero en toda regla. Eso es, cuando menos, lo que deducimos por lo que se ve bajo la gorra que no se quitó ni un instante en la rueda de prensa del partido de exhibición en tierras aztecas. Extraño que no se descubriera el terrado en ningún momento, chirriaba al lado del resto de jugadores que le acompañarán en el Tennisfest: Maria Sakkari, Caroline Wozniacki y Tommy Paul, su rival. ¿Qué le pasa a Carlos? ¿Le da vergüenza, no le gusta su nueva imagen? ¿O es que tiene alguna sorpresa más dentro de la gorra? Todo podría ser, pero desde aquí nos inclinamos por la primera opción. Y no nos extraña, viendo el resultado.

Carlos Alcaraz rapado / GTRES

Hay gente a quien la cabeza rapada le queda fenomenal, y después estamos los que no. Alcaraz podrá jugar al tenis como un ángel, pero este don no lo tiene. No le favorece demasiado. Cosas que pasan. Quizás es la primera impresión y nos tenemos que acostumbrar, pero las imágenes que nos llegan desde México D.F. nos dan un poco de impresión. El regusto es que nos ha caído un mito. Otro, vaya. Pero tranquilo, lector ofendido por este juicio personal: el pelo crecerá. Y tapará esta chapuza.

Carlos Alcaraz rapado / GTRES