3.640.063. Este es el número de españoles que votaron a la extrema derecha en las pasadas elecciones del 10-N. Una muchedumbre, sí. Y una lástima, al menos para la libertad y la democracia. Bien, tampoco es que España pueda presumir mucho de estos dos conceptos, al menos durante los últimos años. Pero vaya, que fueron muchos votos para VOX. Traducido en el hemiciclo, 52 escaños, más del doble del 28-A. Ahora bien, hubo un territorio del estado donde no arañaron ningún diputado. Ni el Partido Popular. Ni Ciudadanos (tampoco era muy difícil, cierto). El País Vasco. Allí el trifachito evidenció el descrédito, el rechazo y la alergia que provocan sus postulados. Un cero como una catedral. Una noticia fantástica para muchos ciudadanos, no sólo vascos, o catalanes, o gallegos. También madrileños, como es el caso del actor Carlos Bardem.

PP vasco @MirviAitor

Abascal VOX Euskadi @konektadezagun

Albert Rivera Errenteria Ciudadanos

Bardem no aguanta la deriva autoritaria, irracional y españolista radical del estado. Lo dijo alto y claro a raíz de la sentencia al Procés, calificándola de "penosa y peligrosa". Una consecuencia del legado franquista del "atado y bien atado". Y lo que ha pasado en Euskal Herria le ha animado a marcharse de España y a hacerse vasco. De hecho, ya habla en euskera, como ha demostrado en las redes sociales: "Gora Euskadi! Euskal naziotasuna eskatu al dezakezu? Lagun batentzat da." ("Viva el País Vasco! ¿Puedes pedir la nacionalidad vasca? Es para un amigo") La mala leche de los ultras hierve incontroladamente contra el que 'La Razón' denomina como "hooligan de los CDR", mientras que el resto disfruta del tuit.

Carlos Bardem @carlosbardemoficial

Españoles sin miedo de decirle las verdades al establishment ultra. Que son solidarios con aquellos a quienes han denigrado desde la llamada 'justicia'. Que no callan ni insultan a los otros por tener una cultura e identidad propia. Gente así es la que se necesita. Hoy, más que nunca.