Estamos tan acostumbrados a que la relación de Madrid con Catalunya sea tan mala, áspera y violenta, que cuando alguien de la capital de España sale de esta línea ideológica nos revienta el cerebro. Pero no pierdan la esperanza. Hay gente de este tipo. Personas que, a pesar de ser más madrileñas que un chotis, no comulgan con el odio, con el patrioterismo centralista, con la idea excluyente y de tufo supremacista hispano que defiende tan satisfecha Isabel Díaz Ayuso y sus secuaces. En este grupo tenemos a un actor de reputadísimo prestigio y apellido, carrera imponente y visión crítica y desacomplejada de la realidad que le rodea: Carlos Bardem. El hermano de Javier habla claro. Y si hace falta, en catalán. O casi.
Carlos no solo tiene una dilatada trayectoria en cine y televisión, también es un escritor prolífico. Acaba de sacar al mercado 'Badaq', su nueva novela, una reflexión sobre la codicia de los humanos, el fanatismo religioso y la destrucción de la naturaleza por parte del hombre, narrada en a través de un rinoceronte. Uno de los temas sobre la mesa, la condición depredadora de los imperios español y portugués, la violencia de la inquisición y los abusos colonizadores. El programa de TV3 'Tot es Mou', presentando por Helena Garcia Melero, lo invitó para promocionar este título y conocer las reflexiones, siempre valiosas, de su autor. Tira con bala: "La principal industria productiva de Madrid siempre ha sido el poder".
Una de las particularidades de la entrevista es que se realizó en catalán, a pesar de la procedencia e idioma habitual del invitado. No hubo ningún problema, todo lo contrario. El principal motivo para esta elección es la predisposición de Bardem, sensible con el tema de las lenguas cooficiales en el Estado español. A él no le provocan alergia ni los catalanohablantes, ni los euskaldunes, ni gallegos, ni astures o aquellos que intentan preservar la fabla aragonesa. Defiende esta riqueza cultural de manera inequívoca, como también es sensible con las inquietudes y los atropellos que habitualmente se perpetran contra estos colectivos. Es una rara avis y la piedra en el zapato de los reaccionarios. Y nosotros que lo celebramos.
Al día siguiente de su participación en el espacio de Melero, Carlos ha firmado un tuit sensacional que deja mudos a los catalanófobos. A los de la Meseta, pero también a los de por aquí. "Gracias a @totesmoutv3 por invitarme a hablar de #Badaq. NOTA: yo no presumo de hablar catalán en la intimidad como el tipo aquel. De verdad que quienes dicen no entender cuando les hablan en catalán es, más bien, que no quieren entender. Bon dia!" Tan sencillo de explicar, pero tan difícil de meter en el cerebro de los homocavernaris. Más Bardem, por favor.