La pandemia del coronavirus no es una guerra: es una tragedia. La opinión pública española, con sus instituciones al frente, hacen públicos discursos repletos de lenguaje militar. El abanico de expresiones lo conocemos todos, especialmente gracias al JEMAD Miguel Villarroya: "todos somos soldados", "hoy es lunes", "sin novedad en la operación"... Incluso hemos sentido el desafortunadísimo y de infausto recuerdo "a por ellos". Arengas que se utilizan como si se tratara de palabras mágicas que destruirán el virus y nos harán despertar milagrosamente de una pesadilla.

JEMAD Miguel Villarroya coronavirus EFE

Militares Madrid Europa Press

Sí, está muy bien aferrarse a lemas que encorajen en momentos de dificultades, pero ni los militares ni su léxico pararán el Covid-19. Tampoco harán descender los contagios, ni los ingresos en la UCI, ni la más funesta de las consecuencias. No hay más remedio que confiar en la ciencia y destinar ahí todos los recursos y los esfuerzos. Punto. Ni propaganda, ni películas de guerra. Una certeza que comparte el actor Carlos Cuevas, que aprovecha el insomnio que le afecta estos días para reflexionar y hacer reflexionar. Acertadamente, sin ningún tipo de dudas: "Ganar, atacar, tumbar, derrotar, vencer, aniquilar. ¿Y si sustituyéramos la épica y la barbarie por el cuidado y la paciencia? Pasémoslas, llorémoslas, acompañémoslas, cuidémoslas, tratémoslas". El de Merlín lo tiene claro: la fuerza bruta no sirve de nada: "va bien para mover un mueble, pero ¿qué tiene que ver para recuperarse de un infarto, por ejemplo? No quiero luchar contra nada, prefiero transitar con."

Carlos Cuevas @carloscuevas

Médicos / Sergi Alcàzar

Ojalá que la lucidez de Cuevas llegue más lejos que los toques de corneta.