Madrid "está que arde". Populares, Cs y VOX no se ponen de acuerdo y tiembla la poltrona de Isabel Díaz Ayuso. Un drama que se acerca a sus horas decisivas, y el nerviosismo entre los trifachitos se traduce en una especial propensión al juego de los insultos tabernarios, de supuestos vetos cruzados y de provocaciones anticatalanas. Vaya, la gasolina que mueve la maquinaria unionista. Atacar a Catalunya es el gran espacio común entre los socios madrileños, y una buena prueba la hemos tenido con la entrevista de un "progredetodalavida" y encarnizado catalanófobo como Carlos Herrera a la aspirante a Presidenta de la Comunidad y condecorada como la bocazas más grande de Génova. Los dos se ha disfrazado de bufones españolistas, al referirse al pacto de gobierno entre PP y Cs que, casualmente, tenía 155 medidas.
Entre carcajadas los dos metían el dedo en la llaga: "No es una casualidad", decía Ayuso, que reconocía que el pacto original tenía 150 puntos. Añadieron 5 nuevos para hacer feliz a la tercera pata del taburete, la ultraderecha de VOX, que reclama desesperada y airada el reconocimiento de uno de los integrantes del ménage à trois castizo para dar el ok en la fiesta. Todo por aquello de tocar las narices y demostrar la pasta de los personajes en cuestión. Por cierto, que la cosa es de traca, ya que el posible nuevo gobierno madrileño ya incorporaba en su punto 147 (ni el 150, ni mucho menos el maldito 155) la repetición de la aplicación de la suspensión de la autonomía catalana.
El programa del gobierno de Madrid, atacar a Catalunya. Qué gran futuro político que espera a los madrileños. Es la venganza por la llegada de Lady Montapollos Arrimadas o de la siempre educadísima Andrea Levy a la capital del reino.