Carlos III, monarca del Reino Unido, enfrenta no solo la devastadora realidad de su deteriorada salud debido a su diagnóstico de cáncer, sino también una profunda tristeza que lo persigue desde hace años: la imposibilidad de pasar tiempo de calidad con sus nietos Archie y Lilibet, hijos del príncipe Harry y Meghan Markle. El rey, a sus 76 años, parece decidido a cumplir un último deseo: establecer una conexión con los pequeños, aunque esto implique superar las barreras impuestas por la madre de los niños, quien ha hecho todo lo posible por mantenerlos alejados de la familia Windsor.

Según fuentes cercanas al entorno real, Meghan Markle considera a la Familia Real británica como un entorno tóxico y dañino, lo que ha llevado a cortar casi por completo los lazos entre sus hijos y la Casa Real. Desde su mudanza a Montecito en 2020, Harry y Meghan han construido una vida lejos de los escándalos de palacio, pero también han levantado un muro infranqueable que ha impedido cualquier tipo de relación entre Archie, Lilibet y su abuelo.

Carlos III está dispuesto a todo: ¿un viaje a Montecito en puerta?

Consciente de que su enfermedad podría no darle mucho tiempo, Carlos III parece haber tomado una decisión definitiva: quiere ver a sus nietos, incluso si eso significa viajar hasta Estados Unidos para encontrarse con ellos. Este inesperado gesto del monarca ha sorprendido a su entorno, que asegura que el rey está dispuesto a pasar por alto cualquier conflicto previo con Harry y Meghan con tal de cumplir este anhelo.

A pesar de sus diferencias con Harry, Carlos III ha hecho llegar su solicitud a los duques de Sussex, instándolos a permitirle ver a Archie y Lilibet. Sin embargo, la respuesta no será sencilla. Meghan Markle, según fuentes cercanas, sigue firme en su postura de proteger a sus hijos de la influencia de la Casa Real. Por su parte, Harry estaría más dispuesto a mediar, pero siempre condicionado a la aprobación de su esposa.

Guillermo, el gran opositor al plan de Carlos III

Sin embargo, no todos en la Familia Real están de acuerdo con este deseo del rey. El príncipe Guillermo, heredero al trono, se muestra profundamente en desacuerdo con la posibilidad de que su padre se acerque nuevamente a Harry. Fuentes internas revelan que Guillermo considera que cualquier acercamiento con los Sussex es una amenaza para la estabilidad de la monarquía y un riesgo innecesario. A pesar de las tensiones internas, Carlos III parece decidido a avanzar con su plan. Se rumorea que incluso estaría organizando una visita sorpresa a Montecito, consciente de que el tiempo no está de su lado. Otra opción sería persuadir a Harry de traer a los niños al Reino Unido, aunque sin Meghan, cuya presencia no sería bienvenida en el Palacio.

El rey, que siempre ha sentido una profunda conexión con sus nietos mayores, George, Charlotte y Louis, ahora busca cerrar el círculo con los hijos de Harry. Para Carlos III, este último gesto no solo es una cuestión familiar, sino también una manera de encontrar paz en sus últimos días. La pregunta es: ¿logrará vencer las resistencias de Meghan Markle y Guillermo? ¿O su deseo quedará, como tantos otros, atrapado en el drama perpetuo de la familia Windsor? Solo el tiempo lo dirá.