De entre todas las motivaciones que se pueden tener para ir a participar en un programa de la tele quizás la menos común es la de querer tomarle el pelo a los presentadores, trabajadores, productora y la propia cadena que lo emite. Y lo que todavía es menos habitual es que te pillen in fraganti. Pero claro, hacer la broma una vez tiene un pase. Dos, ummm. La tercera es pasarse y estás jugando con fuego, y a la siguiente te la pega. Y merecidamente, te lo has ganado. Nos dirigimos a un tal Jesús, si es que este es realmente su nombre, cosa que no nos la creeremos hasta que no venga con el carnet de identidad y otros documentos oficiales que lo garanticen. Un hombre que no midió bien sus ansias de mofarse de Carlos Sobera en el 'First Dates', el programa de citas de Cuatro. Sus chistes y gracietas han acabado para siempre.
'First Dates' tiene algo magnetizante: el desfile de personajes curiosos y totalmente fuera de la norma es una constante desde que arrancara el dating show, allá en 2016. Algunos de ellos son tan extremos que han provocado un efecto anestesiante en la audiencia: cada vez es más difícil que nos sorprendan. Una situación que en el caso de los responsables de los castings de la productora todavía debe ser mucho más acusada. Quizás por eso cuando este señor se ponía en contacto con ellos porque teóricamente quería encontrar a alguien especial nadie sospechaba ni de su aspecto externo, ni de datos biográficos delirantes, ni siquiera de nombres que la mayoría desconocemos como Abilio. Esta fue una de sus identidades: "Abilio, jardinero, Madrid, 43 años". ¿Quién iba a pensar mal? Pues mira, hubieran acertado. Porque Abilio, como anteriormente Pedro, David o ahora Jesús eran la misma persona, o mejor dicho, al mismo farsante. Ayer entraba en el restaurante maximizando su caricatura: melena negra, la barba teñida de azulgrana y una voz muy peculiar de niño.
El impacto entre los espectadores por la aparición de este personaje era enorme. Pero las caras de Sobera y sus compañeros indicaban otra cosa, aunque nadie se esperaba lo que pasaría. Era mucho más inquietante y alucinante oírlo explicando que sufría de "puberfonia o falsete mutacional, una enfermedad que solo afecta a 1 de cada 300 o 400.000 personas. Me tocó la lotería. Ya me podía haber tocado la bonoloto". Carlos le iba dando carrete, preguntándole por si eso le provocaba problemas para encontrar pareja, o incluso saber qué buscaba: si una mujer, un hombre, o todo al mismo tiempo. Jesús continuaba con la parodia hasta que el presentador le cortaba y le decía: "Te quiero enseñar una cosa". Todos pensábamos que le enseñaría su pretendiente o pretendienta. Y así fue. Cogía una tableta y le ponía imágenes. "Sorpresa", decía él, sin imaginarse lo que estaba a punto de ver. Había caído en su propia trampa.
Lo que había en el dispositivo eran fragmentos de su paso en anteriores capítulos del programa. Todos ellos con looks, historias personales e identidades diferentes. Su reacción fue instantánea: "Es que soy yo". Sobera, en silencio, lo miraba fijamente. El otro reía nervioso. "Estaba esperando este momento", decía con aquella vocecilla impostada. Una voz que milagrosamente iba cambiando de registro mientras suplicaba clemencia, al comprobar que al vasco no le hacía ni puñetera gracia: "Aunque me ría, no te estoy vacilando". Sobera puso punto final a la opereta desenmascarando a Jesús, que ya hablaba normal, riñéndolo fina pero contundentemente: "El problema no es que nos engañes a nosotros, es que la gente que viene a citarse contigo viene a buscar el amor de verdad. Los has engañado a todos. Has jugado con el prestigio de 'First Dates' porque nosotros no estamos aquí para hacer tonterías. Salvo que estuvieras enfermo, no tienes ninguna justificación". El tipo se cayó del guindo al instante, consciente del ridículo: "Yo os pido perdón y me gustaría pedirle disculpas a las personas que estuvieron aquí. No sé explicarte, lo hago por instinto". Carlos "Te voy a pedir que nos dejes en paz en nosotros". Y a la calle.
Lo que no pase en 'First Dates' no pasa en ningún sitio. ¿Qué será lo siguiente?