No todo es válido en el ámbito del humor negro, y menos, si tratas temas tan delicados como la sexualidad, la etnia o el aspecto físico. Lo que a veces parece una broma para ganar popularidad puede causar un trauma eterno. Por suerte o desgracia, actualmente todas las injusticias se condenan por la red, el espacio por excelencia donde todo el mundo tiene libertad de expresión para comunicar y opinar lo que quieran. Pero durante los inicios del fenómeno de las redes sociales, se llegaron a publicar vídeos y contenidos sin filtros. Nos referimos concretamente al mundo de Youtube, la plataforma donde podríamos decir que nacieron lo que conocemos hoy en día como influencers, entre el listado de pioneros saltaba a la fama una chica que no enseñaba su maquillaje, ni cocinaba, ni jugaba a videojuegos, ella simplemente opinaba sin filtros y con un vocabulario explícito y peculiar. Su nombre ya llamaba la atención Soy una Pringada.

Pero antes de indagar en este personaje y el motivo de su polémica (forma parte de una lista bien larga) nos remontamos siete años atrás, cuando desde la televisión se emitía uno de los programas de entretenimiento de más éxito de Telecinco, Sálvame. Entonces, en el año 2017, entre los presentadores del programa podíamos ver a Jorge Javier Vázquez, Paz Padilla y Carlota Corredera, los tres bien diferentes, con sus polémicas y sus complejos, pero especialmente, la última de ellas llamaba la atención de los más cretinos por una característica: su aspecto físico. Empezaba como presentadora el año 2014, pero ya llevaba cinco años detrás de las cámaras, y, según especulan los rumores, prefería estar detrás de los focos como directora y regidora a raíz de su peso. Esta fue la característica que la acompañó de por vida: su cuerpo, las dietas y las operaciones o medidas que decidiera tomar. Un asunto extremadamente delicado en la autoestima de una persona.

Carlota Corredera Diez minutos
Carlota Corredera llevada|traída sobre su aspecto físico, año 2017 /Diez minutos

Carlota Corredera tomó la decisión de hacerse una liposucción, una decisión que afirmaba y comunicaba públicamente. Debido a su cambio físico, posaba en la portada Diez Minutos bajo el titular "Mi marido nunca me hizo sentir mal por su peso" unas declaraciones que sorprendieron y escandalizaron a Esty Quesada, la youtuber que se escondía último el seudónimo de Soy una pringada. La influencer, acostumbraba a tratar y comentar tendencias y situaciones en que se presenciara la gordofobia y ante las palabras de la presentadora, decidió publicar un vídeo titulado Carlota Corredera, gorda traicionera. Unas palabras que señalaban a la presentadora en muchos aspectos, y que pronto se convertía en una tendencia viral, la cual, hasta siete años después, la periodista no se ha pronunciado al respecto. Y no lo ha hecho hasta ahora, en el nuevo capítulo de su pódcast Superlativas.

En una conversación con la influencer @Croquetamente explicaba abiertamente y por primera vez, cómo se sintió a raíz del vídeo "Ese vídeo a mí me cambió completamente la vida. Ese vídeo que se supone que estaba hecho desde el humor y que estaba hecho desde alguien autorizado porque era una persona gorda la que me estaba atacando ahí... todavía estoy traumatizada por eso. Tenía mis redes llenas de gente joven que me insultaba y que ejercían una violencia impresionante. Yo pensaba, ¿pero por qué? Todavía no sé por qué" Así es, se trata del peor mal trago personal de la presentadora, simplemente por hablar sobre su físico. "Es muy fuerte porque nunca he querido hablar de ello por miedo, hasta el punto de que tengo bloqueada la palabra 'gorda' en mí Instagram para protegerme. Me ha hecho muchísimo daño"

Las declaraciones dejaban a todo el mundo de piedra, cuando menos, se trataba de un vídeo que en su tiempo fue muy viral, pero ahora incluso había quedado en el archivo de la plataforma como un escándalo por acabar. Carlota Corredera ha confesado cómo y cuándo decidió poner punto final a las especulaciones sobre su físico y siete años ha conseguido cerrar el círculo, simplemente maravillosa.