Ninguno de los presos políticos merece la indigna y prolongada prisión provisional. El caso de Carme Forcadell es especialmente injustificado: el resto de su mesa del Parlament será juzgada en el TSJC y esperan el juicio en su casa. Ella es caza mayor y ni la juzgan en Barcelona como a sus compañeros ni está en casa. Celebra 64 años levantándose en prisión para ir a la Sala 2ª de TS en el banquillo del juicio al procés. El país recuerda la segunda autoridad de Catalunya con afecto pese a saberla objeto de venganza del sistema. La ira la ponen los unionistas.

Su instagram está presidido por esta imagen, la última foto que colgó hace una semana. Carme Forcadell está recibiendo miles de abrazos en twitter:

Pero el unionismo ha decidido que la ira, la rabia y la impotencia no aparezcan en los tuits de los que quieren a Forcadell sino los que se alegran de que esté encerrada a la prisión. La paradoja es evidente, positivismo entre indepes, rabia entre unionistas:

GTRES

Así recuerdan a Carme Forcadell los que la quieren y para su desesperación los que la detestan: presidenta del Parlament, los mossos cuadrándose ante su autoridad, presa política, manos limpias, maquillada y sonriendo.