Carmen Borrego, la hija pequeña de María Teresa Campos, ha visto cómo su vida (televisiva) se ha convertido en una tortura. Ha pasado dos veces por quirófano, ha visto cómo sus compañeros la criticaban y se mofaban de ella, e incluso, anunció que dejaba Sálvame al sentirse asediada por el programa. Una retirada a medias, ya que ha sido una de las participantes de Sálvame Okupa, el mini reality que Telecinco se ha sacado de la manga mientras arranca la nueva edición de Supervivientes, y que ha pagado caro. Fue una de las primeras expulsadas, y además, recibía un castigo añadido al ser una de las más votadas por la audiencia: recibir un tartazo por parte de Payasín, un personaje habitual del formato. Pero la broma no ha salido del todo bien, y Borrego ha tenido que volver al hospital para recuperarse del impacto: "No me han dado una hostia de ese calibre en mí vida"
Y es que parece que el programa (y Telecinco) ha perdido el respecto a la colaboradora, que no consigue levantar la cabeza. Borrego acusaba el programa de crueldad, teniendo en cuenta que acaba de salir de una operación importante y que el mencionado pastel impactó de lleno en su cara (y su cuello, claro está). Ya fuera de la casa de Guadalix, hacía pública su preocupación porque "he entrado al programa con un certificado médico" y "estoy camino del hospital porque tengo el cuello inflamado". El programa, con David Valldeperas y María Patiño al frente, pidieron disculpas a la concursante.
Haz click en la imagen para escuchar las disculpas del programa:
La colaboradora ha hecho público el diagnóstico del médico: "cervicalgia traumática con contusión en mandíbula derecha", y tendrá que guardar reposo para recuperarse. Quizás la mejor noticia para la Borrego, que haría bien en abandonar lo más pronto posible el mundo Sálvame. Su salud, la física y la mental, estarán muy agradecidas.