La fallecida María Teresa Campos, ícono de la televisión española, no solo enfrentó un deterioro físico y emocional en sus últimos años, sino que su declive comenzó mucho antes, marcado por decisiones laborales y familiares que cambiarían su vida para siempre. Según fuentes cercanas, sus hijas, Carmen Borrego y Terelu Campos, desempeñaron un papel fundamental en esta caída, alimentando un estilo de vida de lujos desmedidos que terminó por agotar los recursos de la comunicadora.
El reality show "Las Campos" parecía una apuesta emocionante y glamorosa, pero para María Teresa se convirtió en una auténtica pesadilla. Las largas grabaciones, los viajes agotadores a Estados Unidos y los desafíos personales, como subir al Empire State o enfrentar su pánico a los espacios cerrados debido a su claustrofobia, marcaron el comienzo de un desgaste que nunca logró superar. Aunque el programa prometía mostrar la vida cotidiana de la familia, tras las cámaras se vivía un drama oculto. María Teresa, que aceptó el proyecto más por presiones familiares que por propia voluntad, se veía obligada a cumplir con demandas que iban mucho más allá de su comodidad o salud. Sus hijas, en cambio, parecían más interesadas en mantener un nivel de vida extravagante.
Lujo y despilfarro: geles Bulgari y caprichos millonarios
Las Campos no escatimaban en caprichos. Se dice que Carmen Borrego y Terelu Campos tenían hábitos tan exclusivos como bañarse con geles Bulgari o perfumar el lugar con Chanel N.º 5 tras cada visita al baño. Estos detalles no solo reflejan un nivel de vida opulento, sino también un desinterés por el impacto que estas exigencias económicas tenían sobre la fortuna de su madre.
El estilo de vida de Terelu, en particular, generó numerosas críticas. La periodista Pilar Eyre llegó a declarar lo siguiente: “Sobre Terelu Campos, recuerdo cuando el director general de una conocida productora de televisión, me decía que la hija de María Teresa Campos necesitaba como mínimo 36.000 euros al mes para sus gastos. Ante mi sorpresa, el máximo responsable de esa empresa me decía: ‘Es normal si a tu niña la bañas con gel y champú Bulgari’", comentó irónicamente Eyre.
El precio de la ambición: una familia en crisis
La presión económica sobre María Teresa Campos era evidente. Durante las vacaciones, por ejemplo, era habitual que Terelu le pidiera constantemente regalos a su madre, quien siempre accedía a sus caprichos. "La madre siempre llegaba con el doble de lo que la hija le pedía", afirmó Carmen Rigalt, una amiga cercana de la fallecida comunicadora. El resultado de este despilfarro fue devastador.
María Teresa, quien dedicó décadas a construir su legado en los medios, terminó viendo cómo sus ahorros y su estabilidad económica se desmoronaban bajo las exigencias de un estilo de vida insostenible. Hoy, el recuerdo de María Teresa Campos está marcado por su legado profesional, pero también por los escándalos y excesos que siguen protagonizando sus hijas. Lo que alguna vez fue una familia unida y brillante se transformó en un retrato de lujo desmedido y decisiones cuestionables que llevaron a su icónica matriarca a un final lleno de dificultades.