"¡Marcha, marcha, queremos marcha, marchaaaaa!". Esta canción parece haberse convertido en el leitmotiv de Carmen Lomana, que salta de polémica en polémica cada vez que abre la boca (o utiliza las redes). Y la abre muy a menudo, opinando sobre política, familia, tradiciones y últimamente, ecologismo. No es que sepa de todo, que sea poseedora de la verdad absoluta y que proyecte su ética y moral como la única coherente, es que no se da cuenta que su nombre forma parte de la enciclopedia del ridículo. Difícil no calificar de esta manera su última publicación, declarándose ecologista porque se protege del frío madrileño con un abrigo de piel natural. Sí, natural. Lo que hacen todos aquellos que respetan el medio ambiente.

Carmen Lomana abrigo piel @carmen_lomana

"Hoy toca la típica foto de escalera que os guesta", empezaba el mensaje de la socialité, que podría haber sustituido por "la típica pifia que os gusta". Lomana luce orgullosa la pieza, de piel animal natural "porque soy ecológica. No debemos ponernos sintéticos que contaminan muchísimo y no son biodegradables." No como zorros o visones, que todos sabemos que se descomponen rápidamente. Lástima que para arrancar su piel se tengan que criar en cautividad y asesinarlos. Pero vaya, minucias. ¿Tiene razón en que hay sintéticos muy contaminantes? Mucha. ¿Es una burrada sustituirlos por el maltrato animal, que además implica utilizar productos que atentan contra el medio ambiente? Todavía más. ¿Qué Carmen Lomana busca desesperada su minuto de gloria? La red así lo percibe.

Carmen Lomana COPE @carmen_lomana

@carmen_lomana

Hay muchos tipos de contaminación. Y Lomana empieza a hacerse merecedora de una pegatina similar a la de los coches en Barcelona. Por favor, que apliquen la Zona de Bajas Emisiones en redes. Es urgente.