Carmen Lomana es el típico personaje que le encanta criticar, pero odia ser criticada. Siempre dispuesta a meter más leña al fuego y comentar sobre polémicas ajenas a su vida, así es como se ha ido ganando una infinita lista de enemigas públicas: Agatha Ruiz de la Prada, Isabel Preysler, Antonia Dellate, otros VIP como Naty Abascal y, la más reciente de todas, Pilar Vidal, quien no quiere ni ver a la socialité ni con pintura. La especialidad de Lomana es justamente esta, criticar y charlar a diestro y siniestro de todo el mundo, pero su humor cambia cuando es ella la protagonista de un escenario ridículo. Atentos.
Recientemente, entre la lista de patinazos ignorantes de la socialité, veíamos cómo no se le ocurría nada mejor que dedicarle un horripilante comentario gordófobo a Pilar Vidal a raíz de su último anuncio de hamburguesas. "¡Bueno!... ¡una no, se va a comer tres"! decía al programa cuándo le preguntaban por la periodista. Pero no tuvo bastante con hacer el ridículo una vez, que unos días más tarde, los paparazzi lo pillaban in fraganti bañándose al mar de Marbella. A priori, parecía que la VIP no tendría que tener ningún tipo de problema al mostrar su elegancia con bikini, sin embargo, dejaba en la prensa muda con cuando les hizo un corte de manga en medio de la cara. Un gesto muy poco propio de su "supuesta" delicadeza... Y eso no es todo, los paparazzi se quedaron con ganas de más y ahora tenemos la segunda parte.
La empresaria, colaboradora y coleccionista de alta costura española se volvía a bañar en la costa de Marbella cuando la prensa la volvía a pillar de lleno. Esta vez, Lomana iba mucho mejor preparada, con un bikini mucho más elegante de color negro, y sobre todo, lo que nadie esperaba, calzado de playa. No nos referimos a unas sandalias, o chancletas lujosas, Carmen Lomana lucía unos escarpines rojos para no sufrir ningún susto con la pedicura. En las nuevas imágenes, al menos, tiene mucho mejor humor, y no tiene ningún problema que le hagan ninguna fotografía de ella con bikini luciendo unos escarpines que probablemente son de la franquicia del Decathlon y le hayan costado menos de veinte euros, concretamente 9,99 con una increíble rebaja.
En este caso, se trata de una muy buena opción de calzado para bañarse al mar, sin embargo, concretamente este diseño es el que nos ha hecho daño a los ojos, un rojo fluorescente que no pasa nada desapercibido. Aunque la mona se vista de seda, la mona, mona se queda y, una vez más, Carmen Lomana ha demostrado no ser tan púdica y delicada como nos quiere hacer ver. Ha participado en el anuncio de una cadena de hamburguesas fast food, ha discutido con una decena de VIPs del gremio, es capaz de hacer un gesto vulgar en la prensa y también de lucir unos escarpines propios de cualquier aventurero. Sin duda, se ha retratado ella sola, a Lomana le cae la etiqueta de la elegancia.