Carmen Lomana es una señora que vive de lo que parece: una pitita de clase alta madrileña, rica por heredar de su marido muerto y excandidata de Vox. Luce moda, cirugía estética, tinte y maneras de alta sociedad, con una forma de hablar ininteligible. Como hace declaraciones entre dientes, estirara por la nuca, donde mejor se explica es en tuits. Y el último ha sido un insulto clasista a un diputado escogido democráticamente por independentistas: Gabriel Rufián. Mientras sus oponentes han reconocido que pronunció el mejor discurso de la investidura, ella escupe esto:

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Llama a Rufián "sinvergüenza" y "lumpen", es decir: marginado, indigente, mendigo. Un insulto de clase: proletario. La septuagenaria operada de ultraderecha ha recibido de lo lindo en poco rato:

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El alud de 300 insultos que ha revacío en 46 minutos la señora de 70 años hace sufrir. El tuit no lo ha retirado pero como lo acabará haciendo aquí quedará para el museo de la basura.