Cada vez que habla es noticia. Una mala y lamentable. La socialité Carmen Lomana tiene la costumbre de opinar sobre todo, ya sea divino, humano o animal. Perfecto, está en su derecho. El problema es que demasiado a menudo aquello que dice es impertinente, inadecuado, frívolo u ofensivo. Su especialidad es legendaria: hacer comentarios del físico ajeno. Es curioso porque el esquema lo repite cuando habla de sus enemigos, pero también cuandolo hace sobre aquellos que admira o respeta. Todo gira alrededor de si uno es alto o bajo, si gordo o delgado, si es rubio, calvo o con peluca. No hay nada más en su universo particular.
Antes de que alguien considere que exageramos, recuperemos algunos de los casos más conocidos de esta manía personal. A Mercedes Milá tiene un físico "para echarla a los leones". Fernando Simón es un hombre que "se saca bolitas de la oreja y se las quita con la uña". A Julia Janeiro también le dedicó palabras de afecto, como "es vulgar, enseña carne". O la infanta Sofía, una niña de 14 años con "las piernas gordas".
Carmen Lomana / Antena 3
La señora es digna de estudio. Ahora se ha metido en un nuevo jardín al tocar la complexión de una política que levanta pasiones, sobre todo en el arco ideológico de la propia Lomana: Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña del PP es la persona que pone el sol y la luna en el cielo para su legión de fans, la heroína que salvará España de la hecatombe separata, el azote de los hijos y nietos de Stalin, Lenin y compañía. Ella. La ídola facha. Carmen también la adora, pero tiene un defecto: que está muy delgada. Es lo que le ha escrito en redes sociales después de verla promocionando unas zapatillas deportivas con el logotipo de Madrid. Unos zapatos que sí que merecen el escarnio por el color verde chillón y horroroso de su tejido, aparte de un diseño penoso. Lomana, experta en moda, no se fija en estos detalles, pero sí en los kilos que le sobran o le faltan a Ayuso. "Cuánto has adelgazado, estás estupenda pero ya STOP".
Isabel Díaz Ayuso / Instagram
La reacción de los internautas que se han encontrado con la respuesta de Carmen ha sido inmediata, poniéndola a parir por dos razones: por molesta y por reincidente. Siempre hay quien le ríe las gracias, pero son irrelevantes al lado del repaso que ha recibido como consecuencia de su forma de entender el mundo. "Stop Gordofobia" , "¿quién cojones eres para opinar del cuerpo de otra persona?" "qué comentario más rancio"... Vaya, que se ha ido 'calentita'.
Críticas a Carmen Lomana / Instagram
Carmen Lomana con José María Aznar / GTRES
Lomana y las lomanadas. Hay cosas que no cambiarán nunca. Sobre todo porque si no las dice, nadie le hace ni caso.