Una de las presentadoras más simpáticas, con más fotogenia, más risueñas y que más buen rollo despiertan en el espectador es, sin ningún tipo de duda, Carolina Ferre.
La valenciana es, además de una periodista excelente, una persona que cuando la ves conduciendo sus programas, te cuesta imaginártela enfadada o perdiendo los papeles. Así que imaginen qué tiene que pasar para que la maravillosa Ferre, siempre con una sonrisa de oreja a oreja, se indigne...
Después de salir de Canal 9, el gran público la ha podido disfrutar todos estos años cuando ha presentado el debate de Gran Hermano, A tu lado o Esta cocina es un infierno en Telecinco. Pero Ferre es una trotamundos que ha pasado por el resto de cadenas. En TVE, como jurado de El pueblo más divertido o presentando Yo estuve allí. En Cuatro, colaborando en Channel nº4. En Antena 3, siendo una de las concursantes más divertidas y añoradas de Tu cara me suena. O en À Punt TV, presentando actualmente Atrapa'm si pots.
En Catalunya también ha participado en diferentes proyectos, tanto en 8TV como en TV3. En la televisión pública, colaborando con el recordado programa Divendres, y en la cadena privada, copresentando el programa Trencadís o presentando Envasat al 8.
Ahora, como decíamos, vuelve a trabajar en su casa, pero siempre que puede, vuelve a una Catalunya a la que quiere con locura y donde tiene buenos y muchísimos amigos. Cuando lo hace, sin embargo, no para de indignarse de mala manera por lo que considera, como el 100% de los catalanes, una verdadera tomadura de pelo, una aberración, un agujero en el bolsillo.
Este sábado, Ferre ha subido desde Valencia hasta Barcelona: "Hoy he subido y bajado a Barcelona en el día". Y durante las tres horas y media aproximadas que dura el trayecto (bueno, desde el momento que pisó Catalunya), la presentadora ha ido repitiendo una especie de ritual del yaestoyhastalasnaricismo, un mantra para descargar malas vibraciones (y ganas de estrangular a alguien). Imaginamos que no sólo lo ha hecho yendo hacia Barcelona, sino que de vuelta, repetimos, habrá seguido sacando fuego por las muelas.
¿Con quién? Más bien con qué. Con unos inventos del diablo destinados a sacar pasta a mansalva de los contribuyentes. Evidentemente, hablamos de los peajes. ¿Y qué hace siempre siempre siempre Carolina Ferre cuando pasa?: "Nunca había gritado LADRONES tan seguido al pasar por los peajes...". Un LADRONES en mayúscula y gritado muy fuerte. Y no sólo chilla: "Una costumbre que tengo al bajar la ventana para pagar. Y pitar. ¿También lo hacéis?". Ferre gritando y pitando la bocina. La entendemos perfectamente.
Hay quien le reprocha, sin embargo, que "los empleados no tienen culpa" y que "sería mejor no pagar". Pero ella especifica que "yo no les chillo a los empleados, sólo faltaría. Yo, si están cerca, chillo cuando ya he pasado". Hay quien lo entiende y hay quien le dice que pronto dejará de estar indignada.
Esperemos que dentro de poco, la sonrisa de Ferre no se le borre de la cara cada vez que decida volver a subir hasta Barcelona.