Los amantes del 'true crime' seguro que llevan encantados desde el pasado 8 de septiembre. Esa fue la fecha elegida para el estreno de El cuerpo en llamas, una de las últimas producciones de Netflix. Para bien o para mal, la miniserie de la plataforma de contenidos bajo demanda no ha dejado a nadie indiferente y ha reavivado el interés público por uno de los casos más escabrosos de los últimos tiempos.

Se lo conoce popularmente como el crimen de la Guardia Urbana, y es que la historia está basada en prácticamente su totalidad en el polémico suceso que implicaba a la policía local Rosa Peral y a su amante Albert López, también del mismo cuerpo. Ambos terminaron con la vida de Pedro Rodríguez, la pareja oficial de ella, a manos de un plan trazado estratégicamente. En la ficción, el reparto elegido para ponerse en la piel de los autores del delito también es de escándalo. En la piel de López, Quim Gutiérrez, y para dar vida a Rosa Peral, la afamadísima actriz catalana Úrsula Corberó.

'El cuerpo en llamas', un fenómeno que tampoco queda exento de polémica

Corberó lo hace estupendamente en su pretensión de mimetizarse con un personaje tan sumamente oscuro y contradictorio. Se mete en la piel de la autora de un crimen controvertido y pasional en escenas de toda índole para recrear una historia criminal que se entrelaza con el inevitable drama familiar consecutivo.

Cuando todavía no han pasado ni dos semanas desde su lanzamiento, la serie ya es uno de los contenidos más vistos de la plataforma de 'streaming'. A pesar de todo, han sido muchos espectadores los que no la han acogido del todo bien. La comparan con el programa documental catalán Crims, que consiguió ejemplificar la historia con más detalle. Las versiones difieren porque una es más realista y la otra dramatiza a través de la actuación. En cualquier caso, hay algo entre ambas que coincide: la casa como lugar de los hechos. Esa casa de Cubelles en la que Peral cometió tal atrocidad y punto clave en la investigación del caso, y que en la serie resulta ser una vivienda situada en el municipio costero de Castelldefels.

La casa más famosa de Netflix busca comprador

Esta última casa, la de mentira, la que se usó para recrearlo todo en Netflix, ahora está a la venta. Y los curiosos e interesados no deberían perder detalle, porque la oferta es realmente tentadora. El chalé en cuestión, que pertenecería a una adinerada familia barcelonesa, cuenta con un terreno de cerca de 1500 metros cuadrados, de los cuales 400 están construidos. En el exterior, un enormísimo jardín alrededor de toda la mansión y una piscina, pero no a ojos de cualquier mirón. Es una propiedad discreta, rodeada de árboles y arbustos que separan el hogar del mundo exterior. Cuenta con varias habitaciones, cinco baños, una pequeña buhardilla y un impresionante salón. 

La casa de Rosa Peral en la serie. / Netflix

No, no es la casa real de Rosa Peral. La suya era más humilde. Esta, por el contrario, cuesta 2 millones y medio de euros. Eso sí, el que la pueda comprar se queda un casoplón de los buenos.