La final del mundial de Catar entre Francia y Argentina es una cita llena de alicientes en el ámbito puramente deportivo. Ética o moralmente, claro, el análisis sería otro: por fin se acaba este horror. Como no queremos amargarnos el domingo y a muchos nos gusta el fútbol, repasaremos los ingredientes del primer apartado. La Argentina de Leo Messi busca su tercer mundial y el primer del '10', el trofeo culminante a la carrera del mejor de la historia. Francia quiere repetir el título de 2022 y marcar una era con Mbappé, que solo tiene 23 años y todos los números para ser el número 1 del futuro. También lo podemos interpretar como un Barça-Madrid sui géneris por la rivalidad entre delanteros: Leo es patrimonio Barça, Kylian del Madrid. Paradojas: los dos juegan en el mismo equipo, el PSG. Un sueño y una pesadilla compartido por culés y merengues.
Pero hay más. Las miradas sobre lo que pasa estos días en el emirato son diversas. Y una de ellas va más allá de los propios jugadores. Concretamente a sus familias y antepasados. Sus orígenes. La selección francesa es protagonista en redes, especialmente gracias al tuit de un agente de futbolistas del Reino Unido, que se ha dedicado a repasar el once bleu y a colocar banderitas sobre sus nombres. Y claro, se ha líado. Este tema ha hecho daño al vecino francés, cuando menos les ha incomodado. De franceses "puros", solo uno. El resto son extranjeros. España, Italia, Portugal, Senegal, Camerún, Benín... incluso de Martinica. El pasado colonialista a escena. Aunque falta uno. Y este es una rareza, especialmente en España. Como ha pasado con Rosalia en EE.UU.
Hugo Lloris, meta francés con sangre catalana: sus abuelos huyeron de Franco
Griezmann tiene madre portuguesa. Dembélé orígenes en Senegal. Mbappé de Camerún. Y así 10 integrantes del equipo titular de la semifinal contra Marruecos, excepto Rabiot. El que queda es el portero Hugo Lloris, jugador del Tottenham Hotspur de Londres. Atención porque aquí sale el gordo: una bandera indica que es catalán, y por lo tanto, que Catalunya es un país como el resto. Imaginen que eso lo hace alguien en España y tiene esta repercusión en Twitter: habría crema de brujas y herejes. Resulta que, como explican muy bien desde ElNacional.cat, los abuelos paternos de Hugo eran catalanes. Se tuvieron que exiliar en el sur de Francia por la Guerra Civil española y la dictadura fascista de Franco. A partir de aquello la familia se instaló en Niza y surgió el portero francés, quien por cierto nació en un hogar acomodado: el padre es banquero de inversiones, la madre abogada en un despacho británico. Lleva sangre catalana en las venas. Y eso nos puede hacer partícipes de un trocito del campeonato mundial de fútbol.
Leo Messi, patrimonio Barça... y Catalunya
¿Y Argentina? Bien, no tenemos un tuit homólogo por una sencilla razón: sería más bien aburrido. La gran mayoría de los jugadores tienen antepasados en Italia, otros españoles. No hay tanta diversidad. Ahora bien, ¿y si pusiéramos la enseña catalana sobre la figura de Messi? ¿Dos décadas aquí no lo hacen también uno de los nuestros? Vale, de acuerdo, no sería el ejemplo perfecto de integración lingüística, pero todo lo que ha hecho sentir a la culerada también tiene un precio emocional. De hecho muchos barcelonistas y catalanes irán con Argentina en la final por este motivo de afecto y memoria. Va, pongámosla. Y así, pase lo que pase, podremos cantar el "campeones, campeones" cuando acabe el partido.
Ahora el dilema es qué Catalunya saldrá triunfante, la azul o la albiceleste. A mojarse.