Llevaba semanas en la cuerda floja, y finalmente se ha estrellado. Fuera. La exministra del PP Celia Villalobos tendrá, a partir de ahora, más tiempo para desarrollar sus aficiones a gusto: el Candy Crush y las compras por Internet. También podrá seguir cocinando, claro, pero de la misma forma que Aznar hablaba catalán en su día: en la estricta intimidad. Que a Villalobos no la quería la mayoría de los concursantes que todavía se disputan el título de 'Masterchef Celebrity' era un secreto a viva voz. Su carácter agresivo, zángana y egoísta era insoportable, aunque ella tenía otra teoría: es tan buena que el resto le tiene pánico. Pues, señora, parece que tiene tanto olfato para el análisis como para elaborar platos de cocina china, la razón por la que la devolvieron a Málaga con un lacito.

Celia Villalobos manos arriba fuera de Masterchef / RTVE

La prueba de eliminación apestaba a muerte (televisiva) para Celia: tenía una única bala para salvarse, pero poca puntería. Y la pifió, con unos "dimsum" que parecían empanadillas de comedor de escuela. Una chapuza. Ahora bien, el tema culinario importaba poco: Villalobos ya se merecía su destino por decir tonterías con tufo rancio cómo "no me gustan los chinos". También por los ataques pasivo-agresivos contra el resto de concursantes, que la han sufrido de lo lindo. El público, en su casa, tampoco le tenía mucho cariño. Total, que estaba cantado. Ella, muy digna, se reivindicó con un alegato feminista de cara a la galería. Por dentro, maldecía a todo "quisqui". Lo mismo que le pasará si revisa lo que dicen de ella en redes, donde absolutamente NA-DIE le añorará: "falsa, hipócrita, tóxica".

Celia Villalobos adiós a Masterchef / RTVE

Chau chau, Celia. Una 'pepera' menos en la tele pública, que últimamente son una plaga.