La relación entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva sigue dando de qué hablar, y no precisamente por sus recientes viajes de ensueño o por sus muestras públicas de afecto. Desde la polémica infidelidad que casi arruina su compromiso, la marquesa de Griñón parece haber impuesto estrictas reglas para evitar un nuevo escándalo. Los dos se muestran inseparables en cada aparición pública, pero, ¿es esto un reflejo de una pasión inquebrantable o una desconfianza que amenaza con destruir su círculo social?
Desde el incidente que casi rompió su compromiso, Íñigo Onieva ha tenido que soportar un férreo control por parte de su esposa. La marquesa de Griñón, que ha demostrado ser todo menos ingenua, ha tomado las riendas de su relación y, según fuentes cercanas, su estrategia es clara: donde va Íñigo, va Tamara. Esto se hizo evidente recientemente cuando Tamara Falcó viajó a Berlín para apoyar a su esposo durante la maratón de la ciudad, acompañada de una amiga. Tatiana Arús fue quien compartió el clip, que también fue publicado por la hija de Isabel Preysler en su perfil de Instagram, donde se observa a la marquesa y su amiga animando a sus parejas. Ambas los besan antes de que continúen corriendo los 42 kilómetros de la maratón. "Te quiero y estoy orgullosa de ti", fueron las palabras que Falcó le dedicó a Onieva.
Vigilancia constante: el alto precio de la desconfianza
Sin embargo, detrás de cada imagen ideal y cada declaración de amor público, se oculta una realidad menos atractiva: Tamara desconfía de dejar a su esposo solo, especialmente en situaciones donde hay mujeres. Las fiestas, encuentros y eventos deportivos a los que solía asistir con sus amigas han quedado atrás. Ahora, no hay ninguna mujer cerca de él, solo amigos, y Tamara siempre está a su lado, como una sombra vigilante.
Esta situación ha generado roces dentro del círculo social de Onieva. Varias amigas del empresario han dejado de frecuentar las reuniones, incómodas ante la mirada inquisitiva de Falcó. Y es que, antes todo era más relajado entre ellos, pero desde que el vídeo salió a la luz, Tamara no permite que Íñigo esté rodeado de mujeres, ni siquiera de amigas de toda la vida. La tensión es palpable, y muchas de esas amistades femeninas han optado por distanciarse del entorno de la pareja.
Amor o control: la opinión pública dividida
En las redes sociales, la historia de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha desatado una avalancha de comentarios. Mientras que algunos ven la actitud de Tamara como una forma de demostrar su deseo de proteger su matrimonio, otros opinan que su comportamiento refleja una profunda inseguridad. Para los críticos, la vigilancia constante de Tamara sobre Íñigo y la eliminación de las amigas de su entorno es una señal clara de que la relación está construida sobre una base de desconfianza y control.
A pesar de los intentos de la pareja por mostrar un frente unido y feliz, la realidad parece más complicada de lo que quieren admitir. Mientras Íñigo Onieva sigue rodeado solo de amigos, las amigas femeninas que una vez formaron parte de su vida han desaparecido del mapa, en gran parte, gracias a los celos de Tamara Falcó. Y aunque el empresario ha prometido cambiar y demostrar que puede ser digno de la confianza de su esposa, la presión de estar constantemente bajo el escrutinio de Tamara podría terminar siendo demasiado.