Tiempo de Navidad, tiempo de fotos de familia. Estos días de final de año las redes sociales van llenas de retratos de este tipo. Uno que nos ha llamado la atención es el de un jugador muy vinculado al F.C.Barcelona: el catalán Cesc Fàbregas. Creció en las categorías inferiores al lado de Leo Messi, con quien mantiene una fuerte amistad, hasta que se marchó a Inglaterra a jugar en el Arsenal. Allí se convirtió en un hombre, futbolística y personalmente hablando. Pieza clave de la selección española, campeona de Europa y del mundo, en 2011 volvía al Camp Nou con Pep Guardiola, escribiendo páginas de gloria del club culé. Eso sí, nunca cumplió con todas las expectativas creadas a su alrededor. Después se marcharía de vuelta al Reino Unido, más tarde a Mónaco y, actualmente lo tenemos en el Como italiano de la segunda división, viviendo una jubilación dorada en este paraje tan propio de ricos y millonarios.
De su etapa british también nació su historia de amor con Daniella Semaan. Una modelo libanesa separada de un multimillonario y con la que se casó en 2018 tras años de convivencia, pasión e hijos en común. Esta es una familia numerosa de 7: Cesc, Daniella, los dos que ella aportaba del matrimonio anterior y los tres nacidos durante su relación, Lía, Leonardo y Capri. Un batallón. Las muestras de afecto entre los cabezas de familia son constantes, hasta la extenuación. Son felices. Y eso está muy bien. Un amor que transmiten a los chiquillos, que cada vez se hacen más mayores. Cuando menos, la pareja de Semaan. Los otros tres todavía pueden disfrutar de muchos años de infancia.
La foto de Cesc y Daniella Semaan con su familia numerosa que no gustará en Arenys de Mar
El de Arenys de Mar ha vivido muchos años fuera de Catalunya, de su casa. Se convirtió en un expatriado bien joven. Esto marca. ¿De qué patria estamos hablando? La respuesta es clara, lo acabamos de encontrar negro sobre blanco en sus redes sociales. Ya nos hacíamos una idea con las señales de humo que iba enviando de vez en cuando: cuando no se mojaba sobre el Procés porque "es difícil para un futbolista hablar de estas cosas", o con aquellas fiestas de toros, sevillanas y rebujitos... La pasión con la que celebraba los éxitos de la selección española también se podría incluir en la lista, pero vaya, que este tema se presta a un debate más abierto. Matémoslo ya: Cesc se siente español. ¿Por qué? Porque su bonita familia es "spanish-lebanese", española y libanesa. De Catalunya, ni flowers. Cosas del cosmopolitismo, ¿verdad?
Decepción en Catalunya después de leer el mensaje de Cesc Fàbregas: se declara "spanish"
El tuit ha pasado desapercibido por estos lares en términos generales. Solo un usuario de la red, catalán como él, le recuerda de dónde viene. Seguro que llegan más. Lo que ha irritado a buena parte de sus seguidores ha sido el adjetivo afectuoso que les dedicaba: "Fat". Eso de llamarles gorditos no ha gustado, aunque sea una licencia familiar que no criticaremos: no hay mala intención. En aquello de su españolidad seguro que tampoco, pero es una decepción para muchos de sus compatriotas. Catalanes, para ser más concretos.
Catalan
— Valentí Freixanet (@ValentiGoClimb) December 27, 2022
Cesc ya no recuerda los problemas de sus hermanos españoles para decir correctamente su nombre. Hace tiempo que Catalunya "le pilla lejos". Cada vez más.