Cesc Fàbregas, después de triunfar en el Arsenal en la Premier, al salir de la cantera del Barça, después de volver al club de sus amores y disfrutar jugando al lado de su amigo íntimo Leo Messi y después de un breve periplo por el Chelsea, firmó en enero del 2019 por el Mónaco, donde estará, de momento, y si nada lo impide, hasta el 2022.
El jugador de Arenys vive feliz en el principado, donde esta temporada, por cierto, se enfrentará en la Ligue 1 francesa con el crac argentino después del fichaje de este por el PSG.
Fàbregas es feliz en la ciudad monegasca al lado de su familia, su pareja Daniela Semaan y sus tres preciosos hijos, Lia, Capri y Leonardo y ya se han habituado del todo a la vida monegasca en un lugar paradisiaco y lleno de lujo y glamour.
Precisamente ahora se ha llevado a sus tres biggest fans de compras, a la tienda del conjunto donde ahora juega, para comprarles a los pequeños una cosa que ya iba siendo hora que tuvieran, las pertinentes camisetas del Mónaco con el número de su padre en la espalda y los nombres de cada uno:
Toda la familia acostumbra a comer y cenar juntos en el magnífico piso que tienen con vistas al mar. Una prueba es el festín delicioso que prepararon ayer al mediodía, que fue un visto y no visto a la que lo pusieron en la mesa.
Una comida con ensaladas de frutas, tomates, berenjena y calabacín, un estofado y unas rodajas de naranja que duraron menos que un caramelo en la puerta de una escuela. Esto fue el antes...
...y esto el después:
No quedaron ni las migajas. De vez en cuando, Cesc y su familia se van a cenar fuera a un restaurante. Y esta última noche ha pasado lo que tenía que pasar hacía tiempo. Porque si hay un nombre catalán que vuelve loco al resto del mundo a la hora de pronunciarlo, especialmente los castellanohablantes, pero por lo que se ve, también a los monegascos, este es el suyo.
El jugador catalán, cuando jugaba en el Barça y hablaban de él en las televisiones españolas, siempre ponía a prueba a los presentadores para ver quién la decía más gorda o lo bautizaba con un nombre diferente, o por ver si a alguno de ellos se le quedaba la lengua atravesada en la garganta del esfuerzo de pronunciar correctamente un nombre tan sencillo, pero para ellos, tan complicado como el de Cesc.
Las cuatro letras de su nombre catalán, cuando las tiene que decir alguien que es de fuera, toman una dimensión desconocida donde le hemos oído llamar de mil y una maneras: Cecs, Chec, Cez, Xesc y así hasta el infinito, utilizando todas las combinaciones posibles con la 'C', la 'E' y la 'S'. Pero si un nombre se lleva la palma de los muchos como han nombrado a Cesc Fàbregas, este es sin duda, Sex.
Y el día que ha visto materializada esta nomenclatura ha sido finalmente esta pasada noche, cuando el futbolista ha ido a cenar a un restaurante y se ha encontrado esto en el plato que lo esperaba en su mesa... Ante eso, lo único que ha podido hacer es tomárselo con sentido del humor: "He encontrado mi asiento"...
Sex Fàbregas... tampoco está nada mal que te conozcan por este nombre. Y si algún día cuelga las botas y se quiere dedicar al cine para adultos, ya tiene el nombre artístico perfecto.