Sobrevivir al coronavirus es el objetivo de millones de personas que respetan las medidas decretadas por las instituciones. Un esfuerzo personal y colectivo que puede tener un final feliz para muchos de ellos. Sobrevivir, sin embargo, a la crisis económica derivada de la pandemia, eso parece más difícil. ERTES, despidos, impuestos, alquileres, derrumbe del PIB, paro radical de la actividad profesional, falta de ayudas... la lista es interminable y prácticamente imposible de superar. En el caso del mundo cultural, la situación es muy grave. No sólo por la paralización derivada del estado de alarma, sino por las perspectivas de futuro, que dibujan un panorama escalofriante. Es el caso de los cantantes y músicos, con cero ingresos, ninguna posibilidad de ofrecer conciertos, y dificultades extremas para poder vivir de su oficio.
Y no, no hablamos de estrellas de las listas de éxito, que se pueden mantener gracias a royalties o al colchón que hayan podido acumular en el pasado. Tenemos a muchos artistas, también de los conocidos y muy valorados, que las están pasando magras. Uno de ellos, Cesk Freixas, concienciado con la tragedia sanitaria, pero que lleva semanas denunciando la situación y poniendo en marcha iniciativas para seguir grabando sus creaciones. Ahora bien, eso no paga las facturas, ni el supermercado, el alquiler o la hipoteca. Y además, tienen que aguantar las deudas de promotores que no les han abonado trabajos de hace mucho tiempo: "Cobrar los conciertos que dimos hace meses nos iría la mar de bien. La precariedad normalizada, también en el trabajo musical, es tan miserable". Freixas es benevolente: cuando dice meses, habla incluso de hace un año. Un tiempo muy lejano, cuando el coronavirus era prácticamente un argumento de ciencia-ficción. Una ficción similar a la de soñar con que te paguen por los servicios prestados.
Nos hemos quedado sin ingresos y lo hemos dicho mucho. Ahora bien, cobrar los conciertos que dimos hace meses nos iría la mar de bien. La precariedad normalizada, también en el trabajo musical, es tan miserable...
— Cesk Freixas (@ceskfreixas) 15 de abril de 2020
Depende. Los contratos establecen unos plazos de entre 30 y 90 días. Pero a mí me deben conciertos de hace un año.
— Cesk Freixas (@ceskfreixas) 15 de abril de 2020
Sí, se empieza a hacer y es un poco estallido|pedo donde irá la historia, pienso.
— Cesk Freixas (@ceskfreixas) 16 de abril de 2020
A mí hace 3 meses me pagaron un concierto de principios de 2018... entela lo que nos toca aguantar.
— Ferran Talarn Bria (@ferrantalarn) 16 de abril de 2020
Así funciona sí, y todavía tienes que pasar vergüenza cuando preguntas si te los pueden pagar.
— The Rusties (@RustiesBlues) 16 de abril de 2020
Ánimos y suerte!.
😭😭+1. Ser músico es un deporte de alto riesgo @ceskfreixas
— Xaranga Tocabemolls (@Tocabemolls) 16 de abril de 2020
Púas si te deben de hace 1 año, ya los vale... la gente menge cada día, no año en|a año ....
— yelowCat "Centro de Acogida De Animales de SEdlR" (@lleidalcor) 15 de abril de 2020
Perdón?? En sèrio??
— S o m r y uno ���� l l y uno r e (@somriulliure) 15 de abril de 2020
Cagum todos!!
Lo siento|oigo soy medio salvaje...
La cultura hace país..pero la pasta en el bolsillo de algunos...
Cuál parió!!!
Se tiene que acabar si O si con estos modelos impuestos
Cagum todo mil veces!!
🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏
🤜🏻💛🤛🏻
¿Quién uno lo tiene que pagar la promotora? Hay maneras de financiarse para poder hacer frente a los pagos, y que pogueu cobrar. Tenemos que hacer girar la rueda.
— Rachel Mountains (@raquelnalo) 16 de abril de 2020
Freixas y tantos otros artistas han puesto en marcha micromecenazgos, conciertos virtuales, etcétera. Pero sin ayudas ni un mínimo de decencia, de tener para vivir, ni hablar.