El próximo 14 de mayo los eurofans tienen una cita importantísima, marcada a fuego: la gala final de Eurovisión que se llevará a cabo en Turín. A medida que la fecha se va acercando crece la expectación, la esperanza, la euforia. Incluso los nervios. Cada delegación sueña con la victoria, con oír muy a menudo eso de '12 points' durante las famosas votaciones. La española, representada por la cubano-catalana Chanel Terrero, no es una excepción. La obsesión no es tanto emular a Massiel (1968) y Salomé (1969), las únicas ganadoras de su historia. No, aquí el primer objetivo es romper una racha penosa. Desde 2015 la cosa es un drama: Edurne (21), Barei (22), Manel Navarro (26), Alfred y Amaia (23), Miki Núñez (22) y Blas Cantó (24). Tampoco es que antes la cosa fuera mucho mejor: desde Beth (8) en 2004, ningún artista ha pasado de la décima posición. Chanel tiene una buena oportunidad.
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La cuestión es saber si su 'SloMo' es eso que premia el público y jurado eurovisivo. En teoría la respuesta sería sí, un tema muy bailable, contemporáneo, puede recoger votos. Las encuestas apuntan alto. Otra cosa será la realidad de los números. Lo que sí ha conseguido hasta el momento actual es hacer mucho ruido. En el Estado español, claro. La elección como a representante en el Benidorm Fest fue un numerito de dimensiones épicas, luchando contra Rigoberta Bandini y Tanxugueiras en medio de un clima de guerra en redes sociales.
Pues bien, estamos en la semana decisiva del festival, inaugurado el día 8 en una ceremonia llena de glamur... y de momentos made in Spain. La protagonista ha sido la propia Chanel con una respuesta al comenzar la rueda de prensa de presentación oficial. La de Olesa de Montserrat advirtió a los periodistas que debían tener paciencia: su nivel de inglés no es para tirar cohetes. Sí, de acuerdo, la letra de 'SloMo' está llena de palabras y expresiones en inglés, pero las ha cantado tantas veces que las ha memorizado. Y lo hace bien, da el pego. Ahora bien, en una conversación normal necesita un poco de tiempo. Incluso ayuda.
El caso es que cuando Chanel advertía que tenía algunos problemas con la lengua de Shakespeare, el presentador de la rueda de prensa pensó que la cosa no sería tan grave como para no poder dialogar con ella. Leyó la pregunta sobre las diferencias entre su actuación en el Benidorm Fest y en la gala final del concurso, en la que cambiará de escenario, y la reacción de la Chanel fue emitir un "ahhhhh" muy largo, seguido de un silencio revelador y una frase demoledora y muy cañí: "¿Ca'preguntao?". Sus bailarines y colaboradores se partían de risa.
Hay que decir que todo fue producto de los nervios y de la inexperiencia, porque defenderse se defiende y bastante bien. Pero vaya, que como gag costumbrista le ha salido 'niquelao'.