José Ramon Andrés Puerta es uno de los cocineros españoles más famosos. Nacido en Mieres, Asturias, todo el mundo lo conoce como José Andrés, una denominación que es toda una marca internacional. Lo saben bien en los Estados Unidos de América, país que le concedió la nacionalidad hace 8 años, después de dos décadas trabajando sin descanso en Washington. Allí es toda una estrella, venerada por la prensa, la clase política o las televisiones, aunque no pierde de vista su país de origen. Ha sido la imagen de campañas gubernamentales de la 'Marca España', e incluso ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias a la Concordia de 2021. Cuándo él tenía dos años, su familia emigró a Barcelona, y hace unos meses, en una entrevista en El Mundo, la caverna reaccionaria se sulfuró al oírlo decir: "Me siento muy catalán". Da igual que en la misma entrevista hiciera una declaración de amor unionista: "Se le hace duro ver hasta dónde se ha llegado y confía en que se recupere pronto el 'seny' catalán, el sentido común y la cordura", decía el redactor del citado medio.
Este domingo, José Andrés ha estado en Vilafranca. Parece ser que están grabando un reality sobre él y este fin de semana tocaba visitar uno de los lugares más emblemáticos de Catalunya, donde no lo ha dudado ni un segundo para adoptar una de las imágenes más características de la zona: acompañado por sus hijas, asistieron a una festividad castellera en la cual actuaban Castellers de Barcelona y Xicots de Vilafranca donde las chicas y él iban comme il faut, de castellers, y participaron incluso en algún castell, un pilar de tres, que recogió En Blau, como se puede ver en esta imagen.
No sólo eso. El chef también hizo lo que más sabe, analizó un plato, en este caso, muy nuestro. Calçots, o más bien, la salsa romesco que él se encargó de juzgar en un concurso de cata. Concurso para escoger la mejor salsa y el chef se pronunció en catalán emitiendo el veredicto final, como tocaba, mojando el calçot en la salsa ganadora. Este es el momento:
Por lo que se ve en el vídeo, no a todo el mundo le pareció bien la elección final. Sea como sea, Andrés siguió con su amor hacia Catalunya haciendo una de las mejores cosas que pueden hacer los catalanes y cualquier persona con dos dedos de frente que quiera disfrutar de una jornada inolvidable: asistir a una jornada castellera y después, una buena calçotada regada con mucha salsa romesco. Patrimonio de la humanidad.