Cada día que pasa aumentan los casos de infectados por coronavirus en todo el mundo. Y lo que también aumenta es el pánico y la angustia. También la exageración. Que hay que tomar medidas, es una evidencia. Que hay que prevenir, también. Pero de ahí a pasarse de la raya hay una fina línea. Sólo hay que ver la psicosis que le ha cogido a mucha gente agotando existencias de mascarillas protectoras. La última en mostrar su desazón por el COVID-19 ha sido Chenoa.

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@chenoa

La cantante volvía de Barcelona a Madrid después de hacer de jurado para Tu cara me suena. Allí está rodeada de público, de los compañeros de jurado como Àngel Llàcer, Lolita o Carlos Latre, además de los concursantes. Pero a Chenoa lo que le molesta es tener en frente a un periodista haciendo su trabajo, no vaya a ser que se infecte. Delante de las cámaras de una reportera de Europa Press, Chenoa estaba muy alarmada por el coronavirus y no ha dudado en mostrarse arisca con la tarea de la periodista, como si esta llevara el virus estampado en la frente.

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Europa Press

A su llegada a la estación de Atocha de Madrid, y al ver el micrófono rojo y la mujer que lo sujetaba, Chenoa ha protagonizado mejor que nadie lo que significa la alarma global. Con un dedo extendido le marcaba a la periodista donde|dónde se tenía que colocar, lejos de ella: “No, te lo digo en serio. A un metro, hay coronavirus. Es por prudencia. Si escupes saliva en la gomaespuma, qué hago yo, ¿lo entiendes no?”, dice la cantante pidiéndole a la reportera que corra el aire. Ella se justificaba, pero su actitud chirriaba: "No lo digo a mal, lo digo guay. No me pongo mascarilla porque no estoy mal pero no quiero estar mala, ¡tengo que trabajar!”. 

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Un comportamiento que no ha gustado nada al presentador de Cuatro al día, Joaquín Prat ("¿Entonces no va a ir nunca a la radio? ¿Ni tampoco va a ir a ningún concierto donde necesite un micro?") ni en la red:

Dentro de unas semanas, Chenoa se casará con el urólogo Miguel Sánchez Encinas. Esperamos que la psicosis global y la suya en particular, haya disminuido, o no habrá quien lance el arroz cuando se haya casado.