Inés Arrimadas creía que sustituir a Albert Rivera en la presidencia de Ciudadanos sería un camino de rosas y se le ha complicado. Tiene un oponente, Francisco Igea, vicepresidente de Castilla la Mancha. Arrimadas ha ido a Valladolid a hacer campaña y al encontrarse su enemigo dentro del partido lo ha abordado con maneras de superioridad, condescendencia y cogiéndolo por el hombro. Si fuera él el que la tocara por la espalda habría escándalo machista, como cuándo lo hizo Monedero con Soraya
Inés Arrimadas puede hacer la chulesca sin críticas. Este es el vídeo invadiendo el espacio físico de su oponente a quien considera menor y se lo aclara ante la prensa con malas maneras, sibilinas:
Arrimadas: "Hemos hablado muchas veces en privado, tengo las llamadas, los whatsapps, nos hemos reunido...", Egea: "Nadie ha pretendido repartirse nada en un despacho, como tú muy bien sabes. Nadie ha hablado nada de integración, si quieres que hagamos públicas nuestras conversaciones las podemos hacer. No quiero ningún pacto". Arrimadas lo toca, le da un beso y lo despide. Da miedo.
Los espectadores de Ferreras tienen claro, Arrimadas parece Vito Corleone:
"Matonismo, mafia, la madrina, un cadáver, vudú, tensión..." parece El Padrino IV pero es Ciudadanos, la película.