La agonía de Ciudadanos empieza a provocar lástima. El partido naranja se arrastra por la arena política desde noviembre de 2019, cuando pasaron de 57 a 10 diputados en el Congreso de los Diputados gracias a la línea marcada por Albert Rivera. El presidente y líder de Cs huyó del incendio, empezando un éxodo que después continuaron otros personajes relevantes como Juan Carlos Girauta. Aquel porrazo fue el primero de muchos, ya con la formación en manos de Inés Arrimadas. En Catalunya les ha pasado lo mismo: de ser los más votados y tener 36 representantes en el Parlament (para montar bronca exclusivamente) han pasado a 6, quizás para no contravenir las restricciones por la pandemia. Después vendría la famosa moción de censura interruptus en Murcia, la compra de cargos por parte del PP y ahora, las elecciones del 4-M en Madrid, con el show de cambio de chaquetas de Toni Cantó como 'bonus track'. Ayuso les ha pasado la mano por la cara, birlándoles la cartera y los votantes, y está a punto de rematarlos. El elector naranja es una especie en peligro de extinción: de hecho, ya no arañan sufragios ni jugando como local. Un drama.
Un drama que tiene ingredientes familiares sorprendentes y reveladores, como le pasa al candidato de Cs en Madrid y portavoz de los de Arrimadas en el Parlamento español. Hablamos de Edmundo Bal, abogado del estado metido a político y que sorprende por su vida íntima: es motero, runner, y amante del rock, y tiene un hijo de 22 años que se dedica a la música. Es un rapero conocido como Ove, que ha ofrecido una entrevista al diario 'ABC' imposible de pasar por alto. Primero, porque confiesa que en el pasado votó a la bestia negra de los naranjas, Podemos. Mal. Edmundo Jr. ha recapacitado y dice que "caí en la trampa" de los de Iglesias. Bien, cayó en la trampa de la política, porque el joven ha tomado una decisión: no votará a nadie. Ni siquiera a su padre que tanto lo necesita. Algo ha visto en su casa que le ha llevado a rechazarlos a todos: "soy abstencionista, no voy a votar el 4-M". El soñado 5% de los votos, el que otorga representación en la Asamblea madrileña, está cada vez más lejos. Y la barca (ya no es transatlántico, ni barco) se hunde sin remedio hacia alguna fosa abisal.
Imaginamos a Edmundo vestido de cuero negro acelerando su motocicleta y evocando desesperado a Julio César: Tú quoque, fili? También, señor Bal, también. Aunque en este caso el adverbio adecuado sería "tampoco".