El boom del retorno de Operación Triunfo ha coincidido en el tiempo con el auge del conflicto catalán. Los concursantes no tienen ni idea de aquello que ocurre fuera de las paredes de la Academia y viven con total naturalidad su día a día. Por este motivo, es normal escuchar catalán o gallego en los resúmenes diarios o en el canal 24 horas sin que se acuse a nadie de adoctrinamiento o de tener segundas intenciones. Simplemente es eso. Naturalidad.
Hace unas semanas podíamos ver cómo Alfred le cantaba a Amaia canciones en catalán de Txarango o Sopa de Cabra entre otros mientras que la navarra confesaba que le encantaba la lengua en la cual cantaba a su compañero. En la gala mostraban imágenes de esta escena y todos reían. Naturalidad.
En la última entrega del talent show, se repetía la situación. Nerea (catalana) le enseña diferentes expresiones a Agoney (canario) mientras él le descubre palabras típicas de las islas. Diferentes compañeros se unen a la conversación y bromean. Naturalidad. En la gala enseñan un pequeño fragmento y Mónica Naranjo, 'la pantera de Figueras' contribuía al show lingüístico. Más tarde, Roi (gallego) nos descubría qué era un "sapoconcho" entre risas. Más naturalidad.
Sin buscarlo, Operación Triunfo se está convirtiendo en un ejemplo de tolerancia, diversidad y respeto. Con temas que a ojos de la sociedad podrían suscitar algún tipo de polémica o incomodidad como la lengua o el sexo, han cambiado los comentarios hiperventilados en Twitter por elogios.
Pues eso. Naturalidad.