‘Joc de Cartes’ encendió una semana más los fogones en TV3 con notable éxito. El programa continúa imbatible en la noche de los miércoles, es la opción preferida por los catalanes. En esta ocasión, Marc Ribas y su equipo rendían un merecido homenaje a las mujeres. La profesión de chef todavía mantiene una batalla por la igualdad. Cada vez son más mujeres las que se suman a este oficio, sin embargo hasta la fecha la mayoría de premios y reconocimientos son para ellos, y eso que las creadoras de la gastronomía tradicional fueron todas mujeres, madres y abuelas.

Es la primera vez en ‘Joc de cartes’ donde las protagonistas son ellas, las restauradoras, en esta ocasión de Girona. Los espectadores tuvieron la ocasión de conocer los restaurantes Can Rajolet, l'Arrels, el Girum i La Fàbrica. Y desde luego hay uno que ya ganaba por goleada, pero vamos paso a paso.

Joc de cartes
Joc de cartes

Roser no soportaba a Renata desde que la rumana entró en su restaurante, Can Rajolet 

Las grandes protagonistas de este programa especial fueron Roser y Renata. La cara y la cruz. El primer restaurante que las restauradoras pudieron visitar fue Can Rajolet, propiedad de Roser, un establecimiento en medio de una carretera a las afueras de la ciudad y con un menú. Lógicamente, el restaurante distaba mucho del resto, especialmente del de Renato, su principal enemiga.

En este caso el programa estaba hecho para darle el sitio que le corresponde a las mujeres, también como dueñas de un restaurante y cocineras. Sin embargo, Roser trató de echar por tierra la reputación de una de sus compañeras, y también mujer. Una actitud que fue duramente criticada en redes sociales, y todo por los celos y la envidia.

Desde el primer momento a Roser se le atragantó la presencia de Renata. La de Can Rajolet la vio como una persona muy creída, le daba la sensación que quería aparentar algo que no era. Sin embargo, a veces nos equivocamos con la primera imagen.

Después de Can Rajolet tocó el turno de ‘Arrels’, el restaurante ganador del episodio. Su comida fue excepcional y el lugar era impresionante. Ni un solo pero, de hecho incluso Marc Ribas la votó como clara favorita y eligió su arroz como el plato ganador del programa que sumó medio punto más a su nota final. Sin embargo, Roser estaba totalmente en contra, echando por tierra constante el trabajo de una mujer.

Cuando vio el vino que le fabrican solo para su restaurante, la criticó por poner su nombre y no el de su abuelo, ya que es un homenaje a él. “Ponle el nombre de tu abuelo, no el tuyo”, espetó. Con los platos todos se quedaron sorprendidos con un “guau”, menos Roser, que no ponía cara de nada. Incluso buscó fallos a una comida que no la tenía. Como por ejemplo en su rodaballo. Para ella estaba muy poco hecho. “Me hace falta que esté más hecho”. “Ha habido un corte que sí”, contesta a Marc Ribas cuando duda de sus palabras.

Joc de cartes mujeres
Joc de cartes mujeres

Otra de las concursantes cree que Roser se habría sentido desplazada porque su restaurante era de barrio en comparación con el de Renata. Y también criticó que le regalasen el vino en memoria de su abuelo. “Que nos inviten al vino considero que ha sido un peloteo”, dijo Roser. Para Roser, Renata “tiene afán de protagonismo”. “La mejor no es, la veo que quiere aparentar demasiado”, concluyó.

Y ya en la confrontación hecho por tierra todo su trabajo. Para Roser no hay amor en el restaurante de Renata. Cree que su compañera no le ha conseguido nada tener lo que tiene. “No quiere tanto su local como nosotros lo queremos porque a nosotros nos ha costado sudor y lágrimas y a ella no”, según su criterio sin conocerla absolutamente de nada.

En un programa donde las mujeres debían hacer piña, Roser hizo el ridículo, pero su restaurante quedó retratado como uno de los peores. Renata no se bajó a su nivel en ningún momento y estuvo siempre en su sitio. De hecho, Renata fue quien mejor valoró a alguna de las compañeras para sorpresa de todas.