El conductor que condujo a toda velocidad en la zona peatonal de la Plaza Major de Vic para arrasar los símbolos amarillos que pedían la libertad de los presos políticos ya tiene perfil. Antena 3, habitual cadena amiga de este tipo de personajes, ha revelado los datos biográficos del kamikaze: "Es un hombre de 50 años no adscrito a ningún partido político. Estaba en tratamiento psicológico antes del suceso, no hay ninguna ideología detrás de su acto y no sabe por qué lo hizo. Afirma que estaba parado en un semáforo, que de repente actuó de esta manera y que después de arrolar las cruces aparcó y se fue andando a casa".
El individuo se ha negado a declarar a la Guardia Urbana de la capital osonenca y ahora lo tendrá que hacer ante la justicia. Los tertulianos de Espejo público sólo han acertado a decir "Hay dos millones de independentistas que viven de esto". Otro decía que se utiliza un espacio público "para una causa partidaria" refiriéndose a los que plantaron las cruces y lo equipara al kamikaze: "Los dos me parecen lamentables". Y quedaba el catalán de la tertulia: Paco Marhuenda: "No somos un protectorado alemán, el TS cascará 12 años de prisión a estos listos y Puigdemont estará fuera 20 años". Del kamikaze ni una palabra. Terrorismo en un espacio público lleno de gente con un vehículo a toda velocidad como la furgoneta de la Rambla de hace 1 año pero ellos hablan de Sánchez y Puigdemont.
Antena 3 es experta en minimizar a los agresores del independentismo y convertirlos en personas "normales". Y sus espectadores habituales lo tienen claro:
El terror no es un conductor kamikaze por un espacio peatonal sino quien clava cruces de madera en una plaza. Son los seguidores de Susanna Griso, que entrevistó hace meses al joven que obligó a Puigdemont a besar una bandera española llamándole Puigdemierda. Espejo público consideró que aquel chico era la voz que había que escuchar.
Ahora que Griso está de vacaciones, su sustituta sigue blanqueando locos antiindependentistas peligrosos. Y el Ayuntamiento de Ada Colau premia a Griso por sus valores, en Barcelona, donde saben algo de kamikazes en zonas peatonales.