El Fútbol Club Barcelona es uno de los clubes que ha destacado más por nivel en los últimos años. El amplio abanico de deportes que ocupa lo convierte en el mítico "Més que un club". Una frase con doble finalidad porque llena la boca de Laporta cada vez que la dice, pero también la utilizan sus haters para destacar cada una de sus pifias, que no son pocas. La sección que más reconocimiento ha tenido históricamente es la del fútbol. Los aficionados azulgranas actuales han podido vivir la parte más laureada de su historia. Las noches mágicas con Pep Guardiola al frente llevaron a los seguidores a poder disfrutar del mejor fútbol jamás visto, o eso dicen los analistas. Sin embargo, el Barça masculino está perdiendo impulso y en los últimos años las noches negras del Lluís Companys se han convertido en un día de la marmota. La pérdida de sensibilidad a las derrotas de fútbol ha sido salvada por un equipo que está cogiendo el prestigio de ser el mejor equipo del mundo.
Los Messi, Busquets, Piqué y toda la tropa se han convertido en Aitana Bonmatí, Alèxia Putellas o Salma Paralluelo. Las mágicas noches en Barcelona las protagonizan ahora un grupo de chicas que gustan y mucho a toda la afición culé. Su talento las ha convertido en el caballo ganador de Joan Laporta y, si alguien tiene que probar suerte, que lo ponga todo al azulgrana. Más allá del fútbol, las jugadoras han demostrado ser unas auténticas cracs dentro y fuera del campo. Con alguna relación de por medio, que hoy por hoy, no ha provocado ningún terremoto en el vestuario, saben que son el equipo favorito de muchos de sus seguidores. Una de las piezas fundamentales para que todo funcione es el papel que tiene Cata Coll. Mallorquina, optimista y risueña, emerge como la portera preferida por el entrenador del Barça. Con la sangre más fría que Truman Capote, la jugadora ha protagonizado algunas pifias que la han condenado al fracaso en algunos casos.
Ser la portera del mejor equipo del mundo, como os lo podéis imaginar, no es nada fácil. La presión que hay bajo los tres palos de la portería del Barça es más dura que estar a 50 metros de profundidad en el mar. No me imagino el sufrimiento de su madre, o más bien el de todas, cuando las hijas escogen ser porteras. Con unos guantes más grandes que el propio cuerpo y unas pelotas que llegan más rápidas que las abuelas los días de rebajas, así debió empezar la actual portera del Barça a jugar a fútbol. Las últimas declaraciones que ha hecho sobre su familia han sorprendido a más de un fanático. Hablando de su madre: "Yo creo que nunca ha visto un partido mío entero, yo porque la obligo". Además, ha revelado una discusión familiar que tuvieron cuando las chicas llegaron a la final de la Champions en Bilbao. "A la final de Bilbao le dije: tienes que venir. Y que no y no. Mi hermana igual. A mí déjame sola que no vendré". Su padre tuvo que intervenir enfadado: "Es tu hermana y tu hija, venís".
La portera del Barça, Cata Coll (@catacoll2001), dice que crece con la presión. Le gusta arriesgar y eso hace que a su madre le cueste ver un partido entero. #AlCotxe3Cat @VilaEloi pic.twitter.com/at1atztwe7
— 3Cat (@som3cat) October 3, 2024
Imaginamos que esta no es, ni será, la única discusión sobre la presencia de la familia de Cata Coll a los partidos. La diferencia entre ser la encargada de marcar los goles o de pararlos es un contraste abismal para cualquier familiar directo de la jugadora. Qué difícil es ser la madre o el padre de un portero o portera de fútbol, pero, al final, a alguien le tiene que tocar. Y bien, de poco se pueden quejar los dos protagonistas, por tener como hija a una de las mejores porteras del mundo.
Desde EN Blau tan solo les podemos dar las gracias, por haber criado a una portera tan auténtica, optimista y agradable. Cata Coll, tus alegrías serán las nuestras.